En nuestro centro de estudios hemos ensayado diversas metodologías para medir el posicionamiento político de la ciudadanía, con el objetivo de construir ejes y dimensiones que reflejen de manera más precisa la realidad política contemporánea. En este informe presentamos dos aproximaciones, una basada en el eje izquierda-derecha y otra basada en una metodología enteramente novedosa que hemos ido realizando y que en otras columnas hemos comentado.
Comenzaremos por el eje izquierda – derecha
El eje izquierda–derecha es una dimensión clásica del análisis político. Sin embargo, nuestra investigación demuestra que su funcionamiento no es estrictamente lineal, como habitualmente se asume. Esto es decisivo a la hora de interpretar el escenario electoral, pues revela dinámicas que no suelen considerarse en los modelos convencionales. Para operacionalizar esta dimensión, aplicamos una escala de 1 a 15, donde 1 corresponde a la extrema izquierda, 15 a la extrema derecha y 8 al centro político. La escala otorga a los entrevistados un margen amplio de gradualidad, permitiéndoles situarse con mayor precisión en el punto que consideren más pertinente.
Lo primero visible es la falsedad de la tesis que ha circulado sobre la inexistencia del centro. El más grande de los bolsones de votos está allí.

Podemos aprovechar estos resultados para ver cómo se llenan estas barras con cada candidatura.

Jeanette Jara
Presenta una alta concentración de apoyo en la izquierda, donde prácticamente domina todo el espacio (posiciones 1 a 4). Tiene posibilidad de expansión en el grupo 7 (centro-izquierda próxima al centro), pero este espacio ya muestra presencia de Evelyn Matthei. Su riesgo es que podría perder competitividad en los puntos 5, 6 y 7, donde el votante centro-izquierda se encuentra disputado por Matthei. En síntesis, es sólida en la izquierda más dura (por eso ocupa el espacio del voto apruebo de 2022 fácilmente), pero con dificultad para crecer hacia sectores moderados.
Evelyn Matthei
Presenta una capacidad de movimiento elevada desde la centro-izquierda (puntos 5 a 7) donde mantiene una “cabeza de playa”, aunque aún no es dominante en esa zona y no parece fácil salvo debilitamiento de Jara en esa zona. En el centro político (punto 8) se ubica prácticamente empatada con Kast, lo que representa un problema (sería lógico que lo hiciera mejor en ese sector), pero es también una oportunidad estratégica, dado que este segmento concentra la mayor cantidad de votantes. He aquí la zona más eficiente para disputar votos. En la derecha extrema (punto 15) Matthei carece de participación, quedando superada por Kast y Kaiser. Es decir, su ventaja competitiva está en el centro político, pero no logra ser dominante allí y deja de tener una base de votos en una posición estratégica. Por otro lado, su debilidad en la extrema derecha limita su potencial global.
José Antonio Kast
En la extrema derecha (posición 15) domina con claridad este sector, concentrando casi la totalidad de los apoyos. En la centro-derecha (10 a 12), mantiene posiciones superiores a sus competidores, con un predominio que se intensifica a medida que se avanza hacia la derecha. En el centro político (8), compite de igual a igual con Matthei, lo que refuerza su avance hacia un perfil transversal. En resumen, consolida un liderazgo fuerte en la derecha dura y conserva competitividad en el centro, articulando un electorado amplio.
Johannes Kaiser
En la extrema derecha (15), su presencia es secundaria frente al liderazgo absoluto de Kast, aunque logra captar un porcentaje relevante de ese electorado. En la centro-derecha (10–12), sufre pérdida de apoyo, en beneficio de Kast. En el centro (8), su participación es reducida frente a Matthei, Kast y Parisi. Es decir, su influencia es complementaria a Kast, sin capacidad de disputar el liderazgo en la derecha.
Franco Parisi
En el centro (punto 8) Parisi presenta su principal fortaleza, con un nivel de votación significativo que lo posiciona como actor clave en este segmento. Parisi se proyecta como el outsider con capacidad de condicionar la disputa del centro político. Tiene una posición estratégica, pero cuantitativamente no es relevante y su flexibilidad es discreta.
La forma del eje izquierda y derecha
Hay más sobre el eje izquierda y derecha. Y es que mediante un análisis usando el mapa político de Chile (obtenido de nuestros análisis multivariables), vemos que no hay una línea recta entre la izquierda y la derecha. Y esto es clave para diseñar campañas.
En el mapa el eje horizontal es el de izquierda y derecha (que salió matemáticamente a partir del uso de diversas preguntas de nuestra encuesta), pero en la vertical hay otro eje que es el nivel de apoyo a las instituciones o el deseo de incrementar el peso institucional. Ambas cosas se solapan. En rojo están los grupos de izquierda, en azul los de derecha y en amarillo los distintos centros (centro izquierda, centro que es el punto 8 y centro derecha).

Hay más sobre el eje izquierda y derecha. Y es que mediante un análisis usando el mapa político de Chile (obtenido de nuestros análisis multivariables), vemos que no hay una línea recta entre la izquierda y la derecha. Y esto es clave para diseñar campañas.
En el mapa el eje horizontal es el de izquierda y derecha (que salió matemáticamente a partir del uso de diversas preguntas de nuestra encuesta), pero en la vertical hay otro eje que es el nivel de apoyo a las instituciones o el deseo de incrementar el peso institucional. Ambas cosas se solapan. En rojo están los grupos de izquierda, en azul los de derecha y en amarillo los distintos centros (centro izquierda, centro que es el punto 8 y centro derecha).

El resultado es un mapa político en el que los extremos del eje izquierda–derecha se ubican más próximos a la mirada desinstitucionalizada, mientras que las posiciones de centro-izquierda y centro-derecha se alinean con visiones más institucionalistas. El centro político (punto 8), en cambio, se sitúa en un espacio singular: separado de los demás, ni plenamente institucionalista ni completamente disruptivo, y con un peso electoral determinante.
Lo primero que demuestra esta metodología es que el eje izquierda–derecha existe y conserva relevancia, pero su estructura real dista de lo que suele asumirse. Asimismo, el centro existe, pero su configuración política no se corresponde con la noción tradicional: constituye un espacio autónomo, altamente disputado y clave para la definición de la competencia electoral.
¿Y dónde está el corazón electoral de cada candidatura?
Como se aprecia, Kast tiene un corazón muy concentrado en la derecha y es el candidato más anclado en la derecha. Su capacidad de llegar al centro ha sido sorprendente y muestra un gran diseño de campaña. Sin embargo, sometido a ataques puede ser vulnerable porque su ejército de electores está muy lejos del centro.
Marco Enríquez está muy disperso, lo que le da una situación anómala y muy difícil de gestionar. Jara tiene su corazón electoral en la izquierda y Matthei es la que más interactúa con otras posiciones, pues tiene a Parisi por un lado y a Kaiser por otro. Kaiser comparte posición con Kast, aunque menos concentrada.

Segunda metodología de posicionamiento político
Además de la medición en el eje izquierda–derecha y el nivel de institucionalización, hemos desarrollado una segunda metodología de análisis de posicionamiento político, basada en la evaluación histórica que la ciudadanía hace de los presidentes de Chile. Este enfoque, aplicado sobre distintas variables, nos permitió clasificar a los electores según sus patrones de valoración hacia los liderazgos pasados.
El hallazgo principal fue la existencia de grupos consistentes que estructuran sus afinidades políticas en función de las evaluaciones retrospectivas:
-
• Derecha: conformada por quienes entregan buenas calificaciones exclusivamente a los presidentes de derecha.
• Centro-derecha: incluye a quienes valoran positivamente tanto a presidentes de derecha como a presidentes de la Concertación.
• Izquierda: agrupa a quienes solo ponen buenas notas a presidentes de izquierda.
• Centro-izquierda: compuesta por quienes otorgan evaluaciones favorables tanto a presidentes de izquierda como a presidentes de la Concertación.
Dentro de este mapa aparece además un fenómeno particular en el centro político, que se fragmenta en dos grupos con valores y principios similares, pero con distancias en el nivel de críticas respecto a las élites políticas (los más benevolentes con las elites se quedarán en una posición concertacionista, pero son menos).
-
• Concertacionistas: quienes valoran explícitamente la experiencia de la Concertación y mantienen una disposición institucionalista.
• Contras: quienes probablemente compartieron parte de esa experiencia, pero se distanciaron de las élites y hoy sostienen una posición desinstitucionalizada y disruptiva. Este grupo se caracteriza por la desconfianza hacia todos los presidentes, otorgando calificaciones consistentemente bajas. En algunos casos destacan a un mandatario por sobre otros, pero ninguno alcanza evaluaciones altas.
Este esquema refuerza la idea de que el mapa político chileno no puede entenderse únicamente a través de la ubicación en el eje izquierda–derecha, sino que debe incorporar la relación con la institucionalidad y con las élites políticas que la han administrado en las últimas décadas.
A continuación vemos la evolución de los últimos meses de los principales candidatos a partir de esta clasificación.
Resultados de la segunda metodología
El análisis se enfoca en la redistribución de apoyos dentro de los distintos segmentos del electorado, diferenciados entre sectores disruptivos (izquierda, contras, derecha más extrema) e institucionalistas (centro-izquierda, concertacionismo y centro-derecha). Analizaremos la evolución en estas posiciones desde hace algunos meses hasta ahora.
Jeanette Jara: El siguiente es el análisis sobre esta candidata.

Concentración en la izquierda: Su votación se mantiene fundamentalmente en este sector, donde conserva su mayor capital político.
Caída en la centro-izquierda: Desde hace meses evidencia un retroceso en este segmento, debilitando su capacidad de expansión hacia votantes moderados.
Estabilidad relativa en los “contras”: Mantiene una presencia en este grupo disruptivo, aunque sin lograr crecimiento significativo.
Pérdida en el concertacionismo: Se observa una baja sostenida, restándole posibilidades de consolidar apoyos en un espacio clave para alcanzar mayoría.
Balance: La candidatura de Jara presenta una estructura de votación relativamente estable, pero sin proyecciones de crecimiento relevante. La debilidad en la centro-izquierda constituye su principal obstáculo estratégico.
José Antonio Kast: El siguiente es el análisis para este candidato.

Fortaleza en la derecha: Se consolida como líder indiscutido de este sector, donde ha absorbido apoyos provenientes de Evelyn Matthei.
Expansión hacia los “contras”: Ha capturado votación en este grupo de ex concertacionistas molestos con el sistema, transformándolo en un capital electoral en crecimiento.
Avance en la centro-derecha: Aunque aún en proceso, se observa un aumento sostenido en este segmento institucionalista.
Presencia en concertacionismo: Kast ha logrado penetrar también en este sector, ampliando su base más allá del electorado disruptivo.
José Antonio Kast emerge como el candidato con mayor capacidad de expansión, articulando simultáneamente apoyos en sectores disruptivos y en espacios institucionalistas, demostrando que su diseño de los últimos treses meses ha sido plenamente exitoso. Dado que se inicia la campaña y comienza una nueva etapa, tiene el desafío de adaptarse a un nuevo escenario con la misma precisión que logró en el ciclo anterior.
Evelyn Matthei: El siguiente es el análisis sobre esta candidata.

Pérdida en sectores disruptivos (muy masivos):
Contras: Matthei experimenta una disminución de apoyo en este grupo compuesto por ex concertacionistas descontentos con el orden político vigente.
Derecha extrema: Ha reducido su atractivo en este espacio, que en meses anteriores representaba un capital relevante, y que ha sido absorbido por José Antonio Kast.
Ganancia en sectores institucionalistas (menos masivos):
Centro-derecha: Registra un incremento en su votación, principalmente en el sector articulado en torno a Chile Vamos, caracterizado por mayor disposición al acuerdo político.
Concertacionistas: Actualmente, este sector se ha convertido en el principal soporte de su candidatura, reflejando un refugio político en Matei.
Izquierda y centro-izquierda: Aunque en algún momento capturó apoyos en este mundo, en la actualidad ha retrocedido, consolidando su carácter de candidata más institucionalista y de centroderecha, sin lograr capturar el centro.
De este modo, Evelyn Matthei consolida apoyos en el eje institucionalista, pero a costa de perder fuerza en los espacios disruptivos, lo que limita su capacidad de crecimiento transversal. Una lectura lineal, de ir a buscar a los disruptivos, sería un error. Todavía puede crecer con losa sectores institucionalistas y si quita votos en esos grupos a Kast vale doble, porque cada punto ganado lo pierde Kast. Si logra capturar en ese mundo cinco puntos, su situación pasa a ser competitiva.
Johannes Kaiser: El siguiente es el análisis sobre Kaiser

Incremento en la derecha: Presenta un crecimiento sostenido en este espacio, aunque limitado frente a la consolidación de Kast.
Caída en los “contras”: Entre mayo y junio experimentó una pérdida importante de votación en este grupo, que constituía un pilar estratégico de su apoyo. En meses recientes ha mostrado una leve recuperación.
Retroceso en la centro-derecha: Pierde fuerza en este segmento, con votantes que han migrado hacia Kast.
Johannes Kaiser mantiene relevancia en la derecha, pero su debilidad en los “contras” y en la centro-derecha lo coloca en desventaja competitiva respecto a Kast.
Resumen
En resumen de todos estos candidatos analizados (no analizamos los que tienen cifras más bajas porque no tienen una participación decisiva en el escenario) podemos señalar que hay una reconfiguración de los apoyos disruptivos y que los grupos institucionalistas están avanzando hacia la derecha, tanto a Matthei (que ya lo tenía), como a Kast (que es algo nuevo).
Respecto a la reconfiguración de apoyos disruptivos, Matthei pierde terreno en los sectores disruptivos, los cuales son absorbidos principalmente por Kast y, en menor medida, por Kaiser. Jara, por su parte, se mantiene estable en la izquierda, pero sin capacidad de crecer hacia otros espacios disruptivos.
Kast se posiciona como el candidato más competitivo en términos de transversalidad, con capacidad de crecer tanto en los mundos disruptivos como institucionalistas. Jara enfrenta el mayor desafío, al no lograr crecer más allá de la izquierda y mostrar debilidad en la centro-izquierda. Matthei, por su parte, asegura refugio institucional, pero pierde capacidad de ser opción para los sectores más críticos del sistema. Y finalmente Kaiser se mantiene como actor relevante en la derecha, aunque subordinado al crecimiento de Kast.
Enviando corrección, espere un momento...
