Un país que reconoce su diversidad, que cultiva la memoria, protege su futuro y se reconoce en sus patrimonios.
Chile vivió una nueva versión histórica del Día de los Patrimonios. Esta fue la cuarta edición de esta fiesta nacional durante el gobierno del presidente Gabriel Boric y año a año hemos consolidado esta política que le hace tan bien a nuestro país.
Una fiesta nacional que se consolida
Durante estos años creamos una glosa presupuestaria específica para programación patrimonial, con el objetivo de que la celebración de la cultura, los patrimonios y nuestra identidad, se hiciera con una distribución justa de recursos en todo el territorio, fortaleciendo la cobertura y recuperando actividades que desde hace más de seis años no se realizaban —como Noche de Museos y el Día de los Patrimonios de niñas, niños y adolescentes—.
Este Día de los Patrimonio 2025 logramos que en más del 92% de las comunas del país hubiese actividades, gracias al trabajo conjunto con gobiernos locales, sector privado, y cientos de organizaciones en todo Chile.
Son funcionarias y funcionarios del Estado, trabajadoras y trabajadores de los patrimonios culturales, quienes año a año hacen posible esta celebración. Con vocación y compromiso público organizan actividades, recorridos, talleres y visitas a museos, bibliotecas, archivos y espacios patrimoniales. Son ellas y ellos quienes ponen todo su profesionalismo y trabajo no solo durante esta fiesta, sino durante todo el año, protegiendo y acercando los patrimonios a las personas.
Los dan a conocer, aportan a su cuidado y permiten su disfrute en todo Chile.
Parte de nuestra identidad democrática
Desde su creación, al alero del gobierno del presidente Frei, el Día de los Patrimonios ha construido una historia propia. Desde la primera apertura del Palacio de la Moneda, hasta la transformación de un solo día en dos jornadas festivas, o los esfuerzos que permitieron celebrar esta jornada en plena pandemia, cada edición ha sumado un hito a esta tradición profundamente ciudadana.
Esta es una fiesta comunitaria, como las que se organizan en los barrios, una fiesta de todos y para todos. El poder judicial, el Congreso, los gobiernos regionales, municipalidades, empresas públicas, servicios de diferentes ministerios, asociaciones de barrios, sitios de memoria, agrupaciones de Derechos Humanos, grandes y pequeñas empresas, emprendimientos familiares, el mundo cultural y el sector patrimonial. Todas y todos nos sumamos, en este día en el que, gratuitamente, disfrutamos del encontrarnos.
Así como las Fiestas Patrias, el Día de los Patrimonios es parte de eso que constituye el corazón republicano y democrático de nuestro país, es parte de nuestras tradiciones. Un país que reconoce su diversidad, que cultiva la memoria, protege su futuro y se reconoce en sus patrimonios.
Modernización legal para la protección de patrimonios culturales
En ese mismo espíritu, en octubre de 2024 ingresamos al Senado las indicaciones a la Ley de los Patrimonios Culturales, propuesta que, además de elevar nuestra legislación al estándar internacional, busca dar cuenta de que la protección patrimonial —que con tanta fuerza celebramos durante este mes— puede conversar de forma responsable con el desarrollo social y económico de nuestro país.
Esperamos que, con la urgencia suma y las indicaciones aprobadas en general durante marzo, el Senado pueda retomar prontamente este debate para responder con celeridad a las necesidades de nuestro país. Porque una vez más, las personas que habitan Chile han hablado, han llenado los espacios y nos han confirmado la importancia de nuestro deber: proteger nuestros patrimonios para construir un país justo, sostenible y democrático.