Polvo, nieve, jale, toque, saque, línea, perico, falopa, merca. Chile se convirtió en el principal punto de tráfico de cocaína sudamericana hacia Europa, Estados Unidos y México.

Esto no lo digo yo, ni lo dicen los noticieros que tanto odia el Gobierno; lo dijo la ONU el año pasado, un organismo constantemente citado por la actual administración. Lo dijo en particular el último informe mundial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Chile logra esta posición de honor -principalmente- por medio del Puerto de San Antonio, sin olvidar que nuestro país tiene 4.200 kilómetros de costa y otros 55 terminales marítimos.

Sumemos a esto, que con anterioridad la misma ONU también dijo que Chile ocupa el tercer lugar de Latinoamérica en consumo de cocaína. Únicamente nos gana Argentina y Brasil.

Es decir, no somos tan solo una estación de paso, sino que una buena parte de esa droga se queda a destruir familias en nuestro país.

En definitiva, somos el mercado perfecto para una de las sustancias más traficadas en todo el mundo. Chile es hoy la fiesta de la coca.

¿Puede sorprender entonces que todos los grandes carteles, que bandas extranjeras de todo el mundo, quieran venir al país para competir por su trozo de la torta?

Lo lamentable es que esta alerta ya cumplió un año y la pregunta obvia es ¿qué hicimos al respecto?

Bueno, nos hicimos los sorprendidos y reaccionamos con nuestra respuesta válida ante todo evento: una Comisión Especial Investigadora de Diputados sobre Seguridad Portuaria. ¡Cómo tembló el narco!.

La semana recién pasada esta comisión terminó su trabajo y fue aprobado su informe.

Respecto a los problemas detectados, no solo dio cuenta del tráfico de drogas y el contrabando de mercancías, o que cada puerto se fija el estándar que quiere a pesar de que la normativa es una sola. También dio cuenta de dineros no declarados, personal insuficiente, escáneres insuficientes, ingreso o salida de otras mercancías ilícitas, robo en instalaciones logísticas, robos a transportistas, robos en la ruta y mucho, pero mucho, documento falsificado.

Escáneres, una verdadera vergüenza

Ojo con los escáneres en los puertos. Estos son el instrumento para detectar drogas, armas, productos tóxicos o radiactivos, contrabando, dobles fondos y mercancía oculta.

Después del informe de la ONU en marzo de 2023, también nos enteramos que el único escáner del puerto de San Antonio -se recomiendan ocho- estuvo un año sin funcionar porque estaba obsoleto. Una verdadera vergüenza.

Vuelvo a preguntar ¿qué hemos hecho?

Para que se haga una idea, Aduana declaró que en un semestre sus 8 escáneres operativos en todo el país efectuaron 25 mil escaneos de carga, y solo el Puerto de San Antonio moviliza cada semana -en promedio- 33 mil contenedores de 20 pies.

Estamos pésimo.

Ofrecemos todas las ventajas comparativas para seguir siendo el mercado más atractivo de la cocaína en Sudamérica. Debemos entender que es desde el narcotráfico que emerge el crimen organizado y muchos de nuestros problemas en materia de seguridad.

¿Qué vamos a hacer? ¿Qué estamos haciendo en coordinación con el resto de la región? ¿Tenemos cifras nacionales para contextualizar este gravísimo problema? ¿Cuáles serán las primeras y más urgentes acciones en nuestros puertos? ¿Nos seguimos haciendo los tontos?

La falta de reacción y de propuesta es abrumadora. Mientras, la fiesta de la coca sigue en Chile y todos están invitados.