Es importante que todos, la ciudadanía, la sociedad civil, las autoridades e, incluso, el sector privado, reconozcamos la importancia de contar con espacios protegidos dentro de nuestros entornos urbanos y periurbanos.

Hace cuatro años se publicó la Ley de Protección de Humedales Urbanos, aunque recién a mediados de 2023 se contó con todos los instrumentos necesarios para el real funcionamiento de esta normativa, tremendamente necesaria para el resguardo de estos ecosistemas.

Contar con una regulación que buscara su protección y conservación no sólo era importante, sino urgente en el contexto de crisis climática existente: han sido ampliamente divulgados los beneficios de estos espacios, donde destacan la regulación de las temperaturas de sus entornos, la filtración de contaminantes, las reservas de agua y ser el hábitat de centenares de especies, un gran hogar que alberga biodiversidad clave para el país.

Un amplio espacio de mejoras

Si bien, el cuerpo de ley aún tiene espacios de mejora, y por el momento está limitado solo a humedales en zonas urbanas, es un buen primer paso en la búsqueda de conservar ecosistemas que nos permitan hacer frente a la emergencia climática que vivimos, donde destaca la posibilidad de diseñar ordenanzas municipales que protejan a los humedales declarados.

Algunos de sus grandes mejorables dicen relación con incorporar la posibilidad de que la ciudadanía, no sólo los municipios, puedan solicitar la creación de un humedal urbano; la importancia de establecer la prohibición de ejecución de actividades o proyectos que los dañen (aunque la ordenanza municipal faculta a los municipios para permitir o prohibir ciertas actividades) o la celeridad en que se responde a las solicitudes.

El sistema está reaccionando con algo de lentitud a las solicitudes presentadas por los municipios. Un ejemplo de eso es lo que se ha vivido en la comuna de Paine, Región Metropolitana, para poder declarar como humedal urbano la Laguna Aculeo, junto al principal estero que la alimenta: el Pintué que desemboca en el Santa Marta, donde se unen para llegar a la laguna.

La Municipalidad de Paine ha presentado en tres oportunidades la solicitud al MMA, siendo la última de ellas (en mayo de 2023) reconocida como “admisible”. A pesar de que, en rigor, la decisión no debiese tomarse en un plazo mayor a seis meses, en este caso han pasado nueve desde su presentación.

El peligro de la desinformación, la importancia de la concientización

Pero los grandes peligros que enfrenta el sistema no vienen desde adentro: hemos visto diversos movimientos (generalmente, impulsados por partes con intereses económicos) que buscan, en primera instancia, desinformar a las comunidades sobre la importancia de reconocer legalmente estos ecosistemas y, posterior a que las comunidades logren el reconocimiento de sus humedales, revertir las declaraciones logradas para poder explotar esos territorios.

Es importante que todos, la ciudadanía, la sociedad civil, las autoridades e, incluso, el sector privado, reconozcamos la importancia de contar con espacios protegidos dentro de nuestros entornos urbanos y periurbanos, entendamos el valor que tienen estos ecosistemas cercanos a las comunidades y juntos los protejamos sin mirar pequeñeces.

Recientemente, hemos podido ser testigos de los frutos que puede traer ese trabajo conjunto: Cancillería, el gobierno local y la ciudadanía buscan lograr que Valdivia sea reconocida como una Ciudad Humedal por la Convención de Humedales de Ramsar, lo que demuestra cómo actuando unidos se pueden lograr grandes beneficios, tanto para la conservación de los ecosistemas, como para sus habitantes, impactando positivamente en su calidad de vida, y brindando grandes oportunidades a las economías locales y el turismo desde la conservación.

La nominación de Valdivia a la Convención de Ramsar es una prueba clara de que al avanzar en la protección del territorio todos ganamos. Es de esperar que ese espíritu se contagie en otras latitudes del país.