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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La PDI desmanteló un centro de fabricación ilegal de ropa en Quinta Normal, RM, confiscando millones en mercancía. La pesquisa de la Fiscalía Centro Norte llevó a la detención de una mujer que elaboraba y vendía prendas falsificadas. Se decomisaron 1.940 piezas falsas y 1.800 en proceso, junto con equipos.

La Brigada Investigadora de Delitos de Propiedad Intelectual (Bridepi) de la PDI desarticuló un centro clandestino de fabricación y distribución de ropa falsificada en Quinta Normal, región Metropolitana, incautando especies avaluadas en más de $231 millones.

Según la información policial, el operativo se realizó a partir de una investigación de la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte. Esto derivó en la detención de una mujer que, en su domicilio, fabricaba, acopiaba y comercializaba prendas falsas de reconocidas marcas.

La policía civil decomisó 1.940 vestimentas falsificadas, además de 1.800 piezas en proceso de confección. También incautó un computador conectado a una máquina bordadora industrial, la que quedó inoperativa.

PDI por la incautación millonaria de ropa falsificada en Quinta Normal

El prefecto Daniel Ahumada, jefe de la Bridepi de la PDI, detalló lo ocurrido con la mujer detenida. Asimismo, por orden del Ministerio Público, quedó apercibida, es decir, en libertad con la obligación de comparecer.

“En este marco, es dable hacer presente que las prendas de vestir falsificadas no solo le afectan a la economía de las empresas y el fisco“, comenzó diciendo el prefecto Ahumada.

De este modo, el funcionario de la policía civil aseguró que la ropa falsificada constituye un “riesgo para la salud pública“.

“A diferencia de las prendas originales, los productos falsificados carecen de control de calidad y, además, pueden estar fabricados con materiales de baja calidad, con tintes tal vez tóxicos, los cuales pueden causar distintos tipos de patologías a sus usuarios, como irritaciones cutáneas o alergias, que sería lo mínimo“, aseguró el jefe de la Bridepi.

El prefecto Ahumada enfatizó que la falta de certificación convierte ese tipo de prendas en un “potencial peligro para el consumidor“.