La Corte de Apelaciones rechazó el recurso de protección interpuesto por la defensa de John O’Reilly en contra del Departamento de Extranjería y Migración, esto para dejar sin efecto su expulsión y volver al país.
El suspendido sacerdote irlandés, cuyo nombre real es John Joseph Reilly, dejó el país en diciembre de 2018, luego que cumpliera una condena por abuso sexual contra una estudiante del colegio Cumbres.
Según el recurso presentado por la defensa del religioso, él “hizo abandono voluntario del país, sin que haya sido necesario dictar el decreto de expulsión por parte de la autoridad administrativa, por lo que, a su juicio, no existen causales para denegar su ingreso en calidad de turista, tratándose de un extranjero que cumplió la pena impuesta, el que no puede ser castigado dos veces por el mismo hecho”.
En el documento se afirmaba que O’Reilly quería venir al país “con el único propósito de visitar temporalmente a amigos y cercanos que compartieron con él durante los años que permaneció en Chile”.
El cura, que el 2009 recibió la nacionalidad por gracia y luego le fue arrebatada tras ser condenado, alegaba también una serie de vulneraciones a sus derechos constitucionales, las que fueron rechazados por el tribunal de alzada.
“Si bien nadie puede ser privado del derecho de ingresar al territorio nacional, a circular por el mismo, a residir en él con sujeción a las disposiciones legales, y a salir libremente del país; sin embargo, el ejercicio de tales derechos puede ser restringido en virtud de la ley, como medida indispensable, entre otras razones para la protección de la moral o de los derechos y libertades de los demás, lo que se basa en que los derechos fundamentales deben coexistir con los de los demás; y de allí la necesidad de armonizarlos, en este caso, prefiriendo la moral pública y el propósito de adoptar medidas de resguardo de niños y adolescentes, siguiendo el principio orientador del ‘interés superior del niño"”, se dijo en el fallo.
Por ello, se estimó que era suficiente aplicarle el artículo 15 de la Ley de Extranjería, que prohíbe el ingreso a Chile a quienes ejecuten actos contrarios a la moral y las buenas costumbres, apelando al “interés superior del niño”.
O’Reilly también fue hallado culpable por el Vaticano por abuso sexual, por lo que fue suspendido del ministerio sacerdotal y condenado a alejarse de por vida de menores de edad.