Son los protagonistas clásicos de la labor policial cuando hay desórdenes y se busca dispersar a manifestantes. Se tratan de los carros lanza agua y lanza gases de Carabineros, los que actualmente están visiblemente dañados por golpes con piedras, elementos contundentes y también con pintura.

Por ello, la institución uniformada y el Ministerio del Interior preparan una renovación de la flota de vehículos disuasivos en la región Metropolitana, pensando en un posible recrudecimiento de las protestas en marzo, que incluyan la toma de colegios y universidades.

Según informó La Tercera, se realizó un diagnóstico de cuál es el estado actual de estos móviles. Actualmente hay 12 lanza agua y 18 lanza gases, pero 16 de ellos se encuentran en buenas condiciones.

En el desglose, 7 carros lanza agua y 9 lanza gases están en condiciones de funcionar. Inclusive, por motivos técnicos solo 4 lanza agua pueden salir cuando hay manifestaciones.

Por ello, se estudia renovar la flota para tener 50 de estos vehículos blindados, 25 de cada uno. O sea, se adquirirían 34 móviles.

Si bien la renovación de las máquinas se piensa para marzo, en Carabineros están claros de que su compra no será fácil ya que no hay empresas que tengan en bodega un stock de este tipo de móviles, por lo que hay que mandarlos a fabricar al extranjero con un plazo de hasta 200 días.

En declaraciones al citado medio, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, señaló que esto es “parte del proceso de modernización de las policías y la permanente actualización del uso de la fuerza en el control del orden público”. “Es en esa línea que se está trabajando en la renovación de equipamiento para reemplazar aquellos que han quedado en desuso y modernizándolo para garantizar efectividad y resguardo de los derechos de la ciudadanía”, agregó.

Balines

La Tercera también reportó que la institución uniformada desde hace dos semanas trabaja con un nuevo tipo de balines para las escopetas antidisturbios, fuertemente cuestionadas que cientos de personas resultaran lesiones oculares por impactos de perdigones que, si bien Carabineros decía que eran de goma, finalmente sí tenían metales en su composición.

Ahora las armas funcionan con cartuchos que tienen tres balines de goma, parecidos a los utilizados por la Policía de Investigaciones, y son de mayor tamaño.

Los anteriores cartuchos tenían 12 perdigones.