La seremi de Educación de la región Metropolitana, Bárbara Soto, adoptó un perrito que ahora la acompaña en la oficina.

Se trata de Óliver, quien de acuerdo a la seremi, lo encontró en la calle en medio de una actividad en terreno en Puente Alto, consignó LUN.

“Lo cuidé en mi casa y como no podía dejarlo solo, comencé a llevarlo al trabajo”, dijo Soto, que va a la oficina con el cachorro desde hace dos meses.

Pero no solo eso, Óliver también está yendo a algunas actividades en terreno. Fue la misma seremi quien contó que participó, por ejemplo, de la cuenta pública de la Seremi de Desarrollo Social.

Consultada sobre si la presencia del cachorro ha originado algún problema de convivencia, la seremi lo descarta, asegurando que no ha pasado porque ella se encarga de él y que, en caso que alguien más quiere llevar a su perro, “también puede hacerlo”.

Aun más, la seremi destaca que su presencia los ha afiatado y energizado como equipo.