Los asaltos cometidos por “motochorros” se han puesto de moda en el último tiempo, alcanzando gran notoriedad pública luego que una persecución por ese tipo de delitos terminó con un carabinero muerto en Santiago.

Por eso, el OS-9 de Carabineros realizó una radiografía sobre esta modalidad, la que reveló que entre enero y septiembre de este año se registraron 748 denuncias, 192 de las cuales corresponden a Santiago, o sea, un 25,6%.

El mismo estudio policial, informado por El Mercurio, estableció que las intersecciones de Huérfanos con Amunátegui, en pleno centro de la capital; y en Carmen con Curicó se concentran la mayor cantidad de delitos.

Además, se reportaron los horarios en que más ocurren estos robos: entre las 12:00 y las 14:00, donde se concentra un 17,2% de estos; mientras que en la noche, entre las 22:00 y las 0:00, se concentran el 13%.

¿El robo más cuantioso? $40 millones a una sola víctima.

El jefe del OS-9, coronel Francisco Villarroel, comentó que esta modalidad delictual llegó a Chile hace tres o cuatro años, proveniente de otros países como Brasil, Colombia, Argentina y República Dominicana.

El uniformado lo describe como un “lanzazo” que ocurre cuando “la persona va descuidada, hablando por teléfono, distraída, y pasa el sujeto en la moto y se lo sustrae“.

Buscan lugares donde puedan usar la moto, subir a la vereda, pasar por el lado de la víctima y sustraerle billeteras, cadenas y celulares sin bajarse de la moto. Luego van contra el tránsito y se pierden de inmediato”, agregó.

¿Dónde ocurren estos robos? Principalmente a la salida de bancos, estacionamientos, semáforos y lugares con gran congestión.

“Se emplean armas de fuego, de puño y armas blancas para intimidar a las víctimas”, se añadió en el informe revelado por el citado matutino.

A nivel de cifras, un 68,8% de los victimarios actuó en dupla y sólo en un 4,7% de los casos hubo detenidos, ya que por el nerviosismo las víctimas no identifican el modelo y marca de los vehículos.

“Los sujetos en la medida que avanzan en la moto se sacan las prendas de vestir y las van tirando o guardando en mochilas”, añadió el jefe del organismo.