El Centro Interdisciplinario para la Productividad y Construcción Sustentable (Cipycs) dio a conocer un estudio sobre el mercado de viviendas nuevas en la región Metropolitana.

El estudio se dio a conocer en el seminario “Desafío para la Sustentabilidad: Observando la Ciudad”, el cual además reunió a líderes del sector público, académico y privado, quienes se juntaron para debatir sobre regulación, incentivos y oportunidades para el desarrollo de una oferta inmobiliaria que sea acorde a una ciudad de características sustentables.

De acuerdo al estudio, los últimos 20 años ha sido el periodo en que se han construidos más metros cuadrados de vivienda en el país. Sin embargo, en la región Metropolitana, según Ricardo Truffello, subdirector del Observatorio Vista del Cipycs, el 56% de la población de la zona no puede acceder al mercado de viviendas nuevas. A este dato agregó que sólo el 1% de la población de la región Metropolitana puede elegir cualquier lugar dónde comprar una casa.

En tanto, el 86,4% de los habitantes de la región Metropolitana tiene nula posibilidad de acceder a una vivienda nueva en comunas de alta calidad de vida como Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Ñuñoa, La Reina y algunos sectores del centro de Santiago. Producto de esta razón, se genera una ciudad segregada y con problemas de movilidad por la inequidad en la distribución de los ingresos y la lejanía entre viviendas y servicios.

La gerente de Cipsycs, Tania Romero, indicó que “debemos pensar en la ciudad no como una suma de edificaciones, sino como un motor social, que afecta profundamente la calidad de vida de todas las personas con temas como transporte, acceso a la vivienda, infraestructura y servicios. Por ello, tenemos que definir mucho más que antes cómo estructuramos nuestras ciudades, sus planes de desarrollo, políticas públicas y el valor agregado que queremos ofrecer a sus habitantes”.

Por su parte, la intendenta de la región Metropolitana, Karla Rubilar, señaló que “para poder ser sustentables, debemos vernos como región y saber qué tenemos necesidades como el acceso a los servicios y al equipamiento, y entender cómo nuestra región no se ha hecho equitativa. El máximo desafío es hacer un buen diagnóstico y enfrentarlo con fuerza para disminuir las inequidad”.