El ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, inspeccionó los trabajos de estabilización estructural que se realizan en la Basílica del Salvador, que presenta daños dejados por los terremotos de los años 1985 y 2010.

Tras ocho meses de trabajo, las obras ya alcanzan un 50% de avance y se espera que concluyan en agosto de este año, con un costo de $1.667 millones.

El secretario de Estado, quien dijo haberse bautizado en este monumento nacional, destacó en un comunicado de prensa que la estabilización de la basílica “es el primer paso para dejar la estructura protegida ante futuros sismos”, para luego realizar la reconstrucción propiamente tal de los muros y de todo el interior de la iglesia.

Además, comentó que un equipo de restauradores trabaja en el rescate de vitrales y de distintas piezas que se han visto afectadas por los movimientos telúricos. “En total hay 500 partes que han sido almacenadas en cajas protegidas y otras partes dañadas se están guardando para efecto de que se reamen cuando comience la restauración”, expresó.