Eduardo Molina, de 30 años, fue acusado de ser el autor de una violación ocurrida en Ñuñoa, imputación que desencadenó que pasara cuatro meses privados de libertad, a pesar de ser inocente.

Si estar en la cárcel ya supone situaciones complejas, dada la gravedad del delito imputado a Molina, que se desempeña como cuidador de autos, el tiempo bajo la cautelar de prisión preventiva se complicó aún más en su paso por el penal Santiago I, donde estuvo cuatro meses.

Su abogado defensor, Nelson Salas, debió solicitar en Gendarmería una cautelar de garantía para que los funcionarios tomaran medidas para resguardar su seguridad, debido a los golpes y amenazas recibidas al interior del recinto, según consignó el portal de la Defensoría Penal Pública.

“Lo vi tan angustiado, tan desesperado por el delito que se le estaba imputando, y tan dispuesto a que se le hicieran todos los exámenes biológicos que se requirieran, que desde la primera audiencia alegué su total inocencia”, enfatizó su defensor.

Cronología de los hechos

El caso se originó luego que una joven de 18 años denunció sufrir una agresión sexual por parte de un intruso al interior de su vivienda en Ñuñoa, en septiembre de 2016.

La policía llegó a Eduardo tras un dato entregado por la madre de la víctima a Fiscalía, quien sostuvo que, de acuerdo a un rumor de fuente no precisada, un cuidador de autos sería el responsable del ataque.

En la audiencia de formalización, realizada el 17 de septiembre de 2017, el Ministerio Público presentó un informe policial en que se consignó que un acomodador de autos no identificado, pero apodado “El Manjar”, dio el nombre de Eduardo Molina. Pese a que el defensor solicitó su presencia, Fiscalía respondió que ya no se encontraba ubicable.

Asimismo, el abogado cuestionó la prueba de reconocimiento fotográfico presentada, basado en que en mayo de 2017 la víctima habría reconocido a su agresor desde un autobus.

Examen de ADN

A la joven tras la denuncia se le practicaron las pericias para tomar muestra de los restos biológicos del atacante encontrados en su cuerpo, por lo que una prueba clave en el caso era el resulto del examen de ADN del imputado.

El abogado aseguró que consultó una decena de veces a Fiscalía por los resultados del informe de ADN.

Según señalan desde la Defensoría Penal Pública, el 23 de enero el asistente del fiscal a cargo llamó al defensor para informarle que el SML emitió su informe y que éste confirmó la inocencia del imputado al dar resultado negativo.

Ante esto, el abogado solicitó una audiencia de emergencia para pedir su sobreseimiento definitivo, quedando fijada para el 25 de enero.

No obstante, el peritaje daba cuenta que el SML había emitido su informe el 5 de enero, informando el resultado a Fiscalía tres días después.

Por lo mismo, el abogado lamentó que no se le haya comunicado en ese momento el resultado, considerando que Eduardo Molina, que finalmente sí era inocente, pudo haber quedado en libertad dos semanas antes.

En la audiencia el cuidador de autos quedó sin cautelar de prisión preventiva, por lo que salió libre esa misma noche, y quedó finalmente sobreseído del caso el 20 de marzo.