Cerca de 50% de las salas cuna y jardines infantiles privados de la zona se encuentran funcionando, comenzando lentamente a reactivar el sector tras el complejo escenario que enfrentaron el año pasado, que incluso forzó al cierre definitivo de algunos recintos.

Con una matricula de apenas 9 niños, la sala cuna y jardín infantil Nazaret de Concepción reinició hace 2 semanas su funcionamiento. Se trata de uno de los 38 recintos que forma parte de la asociación que en la región agrupa a los establecimientos privados.

La matricula está muy lejos de los niveles anteriores a la pandemia, cuando asistían cerca de 50 niñas y niños. Los menores de edad se han adaptado rápidamente a los protocolos sanitarios, comentó Sara Aguayo, educadora de párvulos.

“Ellos solitos ponen la cabeza para tomarse la temperatura y piden alcohol gel a la entrada”, indicó la educadora.

Alrededor del 50% de las salas cuna y jardines infatiles privados agrupados en la asociación está funcionando, comentó su presidenta, Alejandra Gallegos, quien agregó que la reactivación ha sido lenta pero cuentan con la confianza de los apoderados.

“El mayor temor de los padres es que haya tanta cuarentena. Que se corte el trabajo con los niños”, explicó la dirigenta.

Algunos establecimientos siguen esperando volver a tener las condiciones económicas para abrir, tras el complejo panorama que enfrentaron el año pasado, que terminó con el cierre definitivo de al menos 17 de estos recintos educativos en la zona.