Nuevos argumentos contra el proyecto energético de gas natural ingresó la Coordinadora Penco Lirquén en el Servicio de Evaluación Ambiental, ahora por las modificaciones que hizo Octopus a la ubicación del ducto y que son rechazadas en el marco de un nuevo proceso de participación ciudadana.

Tras el rechazo de la consulta indígena por la comunidad Koñintu Lafkenmapu, proceso que revocó la luz verde que había dado la autoridad ambiental al proyecto GNL Penco, la empresa responsable efectuó cambios a la iniciativa que contempla la construcción de un terminal marítimo en la Bahía de Concepción.

Entre las modificaciones está el desplazamiento del gasoducto para no afectar el área indígena y la decisión de que la estructura además no sea submarina sino a nivel del agua sobre un manto de hormigón, medidas que no satisfacen a la Coordinadora Penco Lirquén, según explicó su vocero Edinson Neira.

Esas observaciones fueron ingresadas este miércoles al Servicio de Evaluación Ambiental como parte del nuevo proceso de participación ciudadana, en el marco del Estudio de Impacto reabierto por la Corte Suprema el año pasado.

Consultado sobre las mejoras que GNL Penco pudiera introducir al proyecto de manera de hacerlo ambiental y socialmente aceptado por la coordinadora, Neira indicó que no hay ninguna, pues la oposición es categórica a un gas natural que sólo apunta -dijo- a satisfacer el sector industrial del Gran Concepción.

Así, se mantiene la oposición no sólo a GNL Penco, conocido en un principio como Octopus, sino también a GNL Talcahuano, el segundo proyecto energético en la Bahía de Concepción, aunque este último ya cuenta con la resolución de Calificación Ambiental Aprobada.