Ante la orden de la Corte Suprema -hace dos semanas- que determinó el desalojo de la megatoma de Cerro Centinela en San Antonio, los habitantes de la ocupación y dirigentes acusan que las autoridades tanto locales como de Gobierno no se han comunicado con ellos, por lo que exigen soluciones concretas las miles de familias que deberán dejar el predio privado.

Casi dos semanas han pasado luego de que la Corte Suprema confirmara el desalojo de las más de 7 mil familias que habitan la megatoma del Cerro Centinela en la comuna de San Antonio, en la región de Valparaíso.

Ante esto, un centenar de personas se ha manifestado en diversas localidades de la ciudad y hasta a las afueras del Palacio de La Moneda, donde exigen soluciones por parte de las autoridades y, principalmente, del Gobierno.

La dirigente de la Organización Nuevos Aires San Antonio, Susana Carvallo, señaló que -desde el fallo del máximo tribunal de justicia- ninguna autoridad se ha acercado a ellos, como tampoco han logrado tener reuniones para poder buscar soluciones ante el problema que aqueja a la comunidad del Cerro Centinela.

Una de las solicitudes que realizan los dirigentes de la megatoma es que el Gobierno compre el predio privado para que así las familias puedan adquirir los terrenos en los que ya construyeron.

Sin embargo, el abogado de la organización Nuevos Aires San Antonio, Felipe Olea, aseguró que la Delegación Presidencial Regional de Valparaíso coordinó con los representantes del dueño del predio a desalojar la desocupación de las personas que habitan en el Cerro Centinela.

Ante esto, Olea agregó que solicitarán por Ley de Transparencia el acta de la reunión que tuvo la delegación con el abogado del dueño del predio. Asimismo La Radio le consultó a la entidad respecto a esto, pero hasta el cierre de esta nota no se han referido a la situación.

Mencionar que el Servicio de Vivienda y Urbanización informó, a través de un comunicado, que funcionarios, que realizaban labores de verificación de catastro de las familias, fueron intimidados por desconocidos intentando arrebatarles el material de trabajo e, incluso, amenazaron con un arma de fuego.