La noche del lunes, tras una marcha que reunió a miles de personas en el centro de Punta Arenas, manifestantes derribaron el busto del empresario José Menéndez Menéndez y lo arrojaron a los pies del monumento al indio patagón.

Pese a que la historia le ha dado el título a otros, Menéndez es sindicado por muchos como el real exterminador del pueblo selk’nam en la Patagonia, genocidio que tuvo como principal catalizador el negocio ovino que floreció bajo la mirada de este asturiano en el extremo sur.

El hecho fue ampliamente compartido en redes sociales, como Twitter, fotografías en las que se aprecia que la estructura fue pintada con spray de colores y quedó bajo una inscripción que acusa de asesinos a Menéndez y a Mauricio Braun, quienes tras años de competencia se unieron y forjaron un imperio en la zona.

De acuerdo a La Prensa Austral, siete personas fueron detenidas tras este hecho, dos por rayados a la propiedad pública y cinco por daños al busto, que fue instalado en la plaza de la ciudad en 1975.

Su historia

Menéndez nació en Asturias en 1846, fue el segundo de siete hijos de un matrimonio de campesinos y a los 14 años dejó a su familia y emprendió rumbo hacia América, el 4 de noviembre de 1860.

Primero desembarcó en Cuba. En La Habana trabajó en una joyería y en 1866 se mudó a Buenos Aires, donde se casó con la uruguaya María Behety Chapita. Tras contraer nupcias ambos emigraron a Punta Arenas, donde se instalaron definitivamente.

Gracias a los negocios amasó una fortuna, adquirió terrenos, con el tiempo abrió dos estancias y participó en la formación la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego.

En 1907 se alió con Braun y juntos formaron la Compañía de Exportación y Exportación de la Patagonia, con lo que consolidaron su poderío empresarial.

Según indicó José Luis Alonso Marchante en su libro “Menéndez, rey de la Patagonia”, el avance de la industria del español fue tal que la actividad económica finalmente terminó por instalarse en territorio selk’nam, lo que diezmó y espantó al guanaco, la principal fuente de alimento y abrigo de este pueblo originario.

Ante la necesidad, el hambre y el frío, los selk’nam recurrieron a las ovejas de Menéndez, ya que en esa cultura la comunidad compartía todo y no manejaban el concepto occidental de propiedad de la época, que perdura hasta hoy.

Aquello fue el pretexto con el cual Menéndez dio inicio a la persecución en contra de los selk’nam, lo que derivó en su exterminio.

Tal tarea contó con la participación de un escocés apodado “el chancho colorado”, quien abiertamente se vanagloriaba de su trabajo.

Finalmente Menéndez murió el 24 de abril de 1918 en Buenos Aires, a los 71 años, aunque sus restos fueron repatriados y enterrados en el Cementerio Municipal de Punta Arenas.

Si quieres conocer más acerca de esta historia, lee este artículo del Museo Regional de Magallanes.

Otros caídos

Menéndez no ha sido la única figura del pasado que ha recibido la sentencia de los chilenos en medio de las manifestaciones.

Una de las primeras en caer fue la estatua de Francisco de Aguirre el 24 de octubre en La Serena. La estructura fue desprendida desde la base, después fue incendiada y finalmente terminó siendo lanzada a una calle.

De acuerdo a Diario El Día, debido a su naturaleza de monumento nacional, “la recuperamos, la recogimos y la guardamos en un recinto municipal. Ahora hay que pedir una evaluación a un especialista para ver si vale la pena o no restaurarla, ya que aparte de botarla la quemaron”, señaló el alcalde Roberto Jacob.

Al igual que Menéndez, de Aguirre fue culpable del genocidio de uno de nuestros pueblos originarios: los diaguitas.

Diario El Día
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Luego, el 29 de octubre, fue el turno de la estatua de Pedro de Valdivia ubicada entre calles Balmaceda con Caupolicán de Temuco. Lo mismo ocurrió con el busto de Dagoberto Godoy, cuya cabeza después fue colgada como adorno en las manos de la figura del toki mapuche.

Ese mismo día, pero en Concepción, aunque sin éxito, manifestantes intentaron derribar la estatua de de Valdivia de la Plaza Independencia, en pleno centro penquista.

El viernes 1 de noviembre, en tanto, desconocidos destruyeron un monumento en honor a Cristóbal Colón que estaba ubicado en una plaza que lleva el mismo nombre en Arica.

Al día siguiente, previo a una marcha mapuche, comuneros derribaron los bustos de Pedro de Valdivia y García Hurtado de Mendoza que estaban en la plaza de armas de Cañete.

Radio Bío Bío
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