Amenazaban a sus víctimas, los intimidaban con agresivas llamadas o visitas para que les pagaran y operaban desde la región del Bío Bío hasta Chiloé. La Policía de Investigaciones los rastreó, detectó sicariatos y compra de propiedades, no sólo en Chile, sino que también en Colombia. Hasta en Brasil estaban desplegados.

Nos referimos a la organización más grande de prestamistas gota a gota desbaratada en el último tiempo, con una indagatoria liderada desde la región de Los Lagos y que ya tiene a la mayoría de sus miembros fuera de Chile.

Fueron 14 los condenados en un proceso ya finalizado; 12 colombianos y dos chilenos que operaban organizados para generar una agencia de préstamos. Dinero fácil y rápido, especial para quienes no tienen acceso a la banca. Ahí la trampa, ya que los intereses superan los regulados, mientras que la forma de cobrar es la más peligrosa.

Corría el 2018 cuando aparecieron los primeros indicios en la mira de los detectives. La alerta se encendió en medio de una investigación por drogas, llegando a oídos de la Brigada Antinarcóticos, un acento colombiano. Estaba en Frutillar, era un prestamista.

La identidad de quien escuchamos en las siguientes declaraciones es reservada, ya que está involucrado en investigaciones en curso y su nombre debe permanecer en el anonimato para no arriesgar esas diligencias.

“Se detecta que no trafica en definitiva, que se dedica al préstamo ilegal de dinero, el gota a gota. Pero también se logra detectar que atrás de él hay una organización criminal grande en la zona sur”, explicó el hombre sobre los inicios de la investigación.

Este blanco operaba desde Osorno hasta Puerto Montt, tenía una ruta y se desplazaba comuna por comuna, cliente por cliente, usando una aplicación de celular que entregaba información de quienes debían, quienes pagaban al día…Un control interno infalible. Desde ahí fiscalizaba Mauricio Quinteros, el líder.

“En un principio de la investigación, ellos traían familiares, principalmente, gente de confianza desde Colombia a Chile y la empresa asumía el costo del avión, de la vivienda, un vehículo para que pudiera trabajar. Obviamente todo eso se después se iba desconectando”, comentó la fuente de Radio Bío Bío Puerto Montt.

La forma de operar constaba de un pozo, con el que se instalaba a un prestamista en una ciudad, por ejemplo, Puerto Varas, entregándole a este hombre unos 8 millones de pesos, con lo que empezaba a “trabajar”, el dinero generaba intereses usureros y automáticos, de esos que gota a gota llenan el vaso, rebalsando.

Nunca hubo denuncias, ni siquiera la policía tuvo suerte cuando teniendo a los implicados arrestados debieron acercarse a las víctimas para conocer como operaba el grupo ¿La razón? El miedo.

“Ellos priorizan de hecho la cobranza física, más que una transferencia, por lo mismo, para conocer el domicilio de la persona a la que le prestaron, su local…Para que sepan que es una organización, no sólo un prestamista (…) Cuando había un moroso llegaba el jefe, un tipo alto, musculoso, con tatuajes, que con su presencia intimidaba a las personas”, detalló.

Quienes cayeron fueron pequeños comerciantes, negocios de barrio que permitían un flujo de caja diario, lo que que facilitaba que el cobrador pasara cada día a buscar su parte, el mínimo eran 50 mil pesos para un comerciante ambulante y hasta 5 millones, para quienes tenían un emprendimiento más grande.

Era tanto el movimiento de plata que alcanzaron los 31 millones de pesos a la semana. Calculemos la gran cantidad de dinero, considerando que la banda operó por 5 años.

“Según registro ellos ingresaron en 2015, nosotros iniciamos en 2018 la investigación, que duro dos años. Pero yo diría que en 2020 se instalaron directamente, por decirlo de una forma, o tuvieron una explosión financiera, porque logramos ver vehículos de alta gama, principalmente en el líder, una boutique de ropa en Valdivia, una barbería para lavar dinero y además la construcción de un edificio con seis departamentos en Colombia”, especificó la fuente.

Captura de video | PDI
Captura de video | PDI
Captura de video | PDI

También con el tiempo los cobradores comenzaron a hacer su fortuna, si está pensando que todos ingresaron por pasos ilegales, se equivoca, entraron por “la puerta ancha” y eso que el líder de la organización estaba prófugo en Colombia por un delito grave, todos debían estar con sus papeles regulares.

Captaron testaferros, personas que prestaron su nombre para figurar como dueños de algo o sus empresas para contratar falsamente a los colombianos que llegaban buscando tener sus documentos al día, hasta secretaria tenían, ella llevaba el orden de los cobros en Chile y Brasil.

Si bien no atacaron ni destruyeron propiedad de algún deudor en territorio nacional, Quinteros es el autor intelectual de tres sicariatos, dos de estos en Colombia, uno en Bogotá y el otro en Carmen de Viboral.

El tercero ocurrió en Chile, en la región de Los Lagos, específicamente en Osorno.

“Murió un ciudadano colombiano de nombre Elkin Jaramillo, quien en un principio fue miembro de la organización pero al parecer se quedó con plata del líder”, agregó.

Los tres asesinados se quedaron con dinero de Mauricio Quinteros, quisieron escapar, pero no lo lograron del todo.

El proceso contra la organización está finalizado, siendo sentenciados a diversas penas y en su mayoría ya están fuera del país, ya que estaban en proceso de regularización. Hay dos, de acuerdo a fuentes consultadas, que siguen en Chile, tras las rejas.

La operación Bancolombia abarcó desde Castro hasta Los Ángeles, donde podrían haber ido más lejos con la indagatoria pero los equipos no eran suficientes. Por las ramificaciones del delito, se estima que aún hay prestamistas desde Concepción al norte, sin embargo, el ojo de la ley los observa, aseguran.