Expertos afirman que la implementación de esta medida debería ir acompañada con una mejora del transporte público y la construcción de más estacionamientos en las cercanías del casco histórico.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), existen más de 250 mil automóviles en la región de Coquimbo, vehículos que en su mayoría, transitan por la conurbación.

Es así como diariamente se observan atochamientos para entrar, sobre todo, al centro de La Serena.

De hecho, personas que vienen desde sectores como La Pampa, La Antena y Las Compañías, incluso han duplicado sus tiempos de viajes.

Sin ir más lejos, un recorrido desde avenida Regimiento Arica hasta calle Brasil, que antes tardaba 20 minutos aproximadamente, ahora demora tres cuartos de hora.

De este modo, diferentes soluciones se han planteado e implementado para disminuir la congestión, disposiciones que van desde vías destinadas sólo a la locomoción colectiva, pasando por construcción de ciclovías para fomentar el uso de bicicletas, hasta cerrar el casco histórico para que la población lo circule a pie.

Es decir, convertir a este sector de la capital regional en una área peatonal.

“El problema con los tacos viene hace muchas décadas. Aunque no empeoró a niveles críticos, se mantiene constante, porque aumentó el número de automóviles, junto con su utilización”, afirmó el director del Departamento de Arquitectura de la Universidad de La Serena (ULS), Alejandro Orellana.

Así, agregó que prohibir el paso de vehículos al sector céntrico podría convertirse en una respuesta, aunque habría que sumarle otras medidas como, por ejemplo, mejorar el transporte público o incrementar el número de estacionamientos en sus alrededores.

“Si queremos convertirnos en un sistema metropolitano, no podemos realizarlo sin una buena locomoción colectiva, y cuando hablo de ello, me refiero a que considere diversas formas: que se encuentre integrado, además de que haya certeza con sus tiempos de desplazamiento. Quizás hasta con un sólo pago, como sucede actualmente en Santiago”, señaló el académico.

En tanto, el director de la Escuela de Construcción de la Universidad de Las Américas (UDLA), José Ignacio Torres, coincidió con Orellana, complementando que la propuesta de cerrar el casco histórico para el tránsito vehicular podría ser una solución.

“¿Cómo genero un diseño de ciudad que evite la circulación? O sea, que no se tenga que recorrer la totalidad de La Serena para llegar al hogar. Que mi casa se encuentre cerca del trabajo o los colegios de los niños. Consolidar estas situaciones podrían llevarme a convertirla en una comuna caminable”, manifestó.

En esta línea, el experto dijo que igualmente se debe educar a la población para que adquiera el hábito de andar a pie y darle las facilidades para ello.

“Cuando uno va a California, en Estados Unidos, tiende a caminar, por cuanto la ciudad está pensada para eso con sus ferry o paseos. Lo mismo ocurre con el diseño de Valparaíso que tiene circuitos que unen los paseos con los restaurantes o los ascensores. Así también la implementación del tranvía o los buses eléctricos podrían ayudar a descongestionar el centro, pero se debe llevar a cabo de forma estratégica. Una micro que efectúe el recorrido desde la playa hacia el centro y que lleve a todas las personas que viven en el sector podría ser una respuesta”, concluyó.

Medidas sobre la disposición de transporte público

En su informe “Congestión de Tránsito: el problema y cómo enfrentarlo”, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostiene que lo lógico es afrontar la congestión a través de disposiciones sobre la oferta de transporte. O sea, respecto de la disponibilidad de la infraestructura, los vehículos, además de la gestión de éstos, pues ello representa un incremento de la capacidad para efectuar desplazamientos.

De esta manera, añade que bastantes de las deficiencias que presenta la vialidad urbana actual y que es necesario corregir, se pueden resumir en: mejorar el diseño de las intersecciones, demarcar o señalizar apropiadamente las vías, junto con corregir el ciclo de los semáforos.

Otra acción posible es la reversibilidad del sentido de tránsito en las horas punta en avenidas principales. Estas medidas pueden traer un importante alivio a la congestión y son, en general, de bajo costo, siendo el conocimiento de la ingeniería de tránsito el principal requisito.

Al mismo tiempo, el documento de la ONU asegura que no hay que descartar del todo la construcción o el ensanche de vías, donde sea apropiado y factible, en el contexto de un desarrollo urbanístico armónico, que asegure los espacios destinados a peatones y paseantes, y preserve el patrimonio arquitectónico.

Eso sí, agrega que hay que tener presente que construir más y más vías, pasos a desnivel y autopistas urbanas puede ser contraproducente en el mediano o largo plazo y agravar la congestión, como lamentablemente se ha visto en algunas ciudades que adoptaron esta estrategia.