El hacinamiento en las cárceles chilenas podría llegar a un 168%, según advierte un estudio que cuestiona la falta de medidas concretas por parte del Gobierno para enfrentar la sobrepoblación en recintos penitenciarios en Chile.
Así lo enfatiza un informe del centro de estudios Libertad y Desarrollo (LyD), vinculado a la derecha, donde proponen una serie de medidas para enfrentar la crisis carcelaria.
Según se detalla, las cárceles desempeñan un papel esencial en el combate a la inseguridad, tomando en cuenta la situación en América Latina, donde los centros de reclusión han servido para dar origen a peligrosos grupos criminales.
En ese sentido, se apunta que los sistemas penitenciarios en los países vecinos también enfrentan problemas como sobrepoblación, corrupción, y deficiencias en infraestructura y seguridad, facilitando la expansión del crimen organizado.
Así lo demuestran casos en Venezuela y Brasil, donde organizaciones delictivas como el Tren de Aragua y el Primeiro Comando da Capital, se fortalecieron desde los recintos penitenciarios.
En nuestro país, en tanto, existe un récord de más de 58 mil internos (58.671) en octubre de 2024, registrándose a nivel nacional un 140% de hacinamiento. De hecho, en Atacama la sobrepoblación alcanzó un 230%, una de las más altas a nivel mundial, resalta el estudio.
Actualmente, según las últimas estadísticas de Gendarmería, en Chile hay poco más de 50 mil internos (50.666), entre hombres y mujeres, recluidos en los distintos penales del país.
En esa línea, LyD cuestiona el estancamiento en la infraestructura penitenciaria de nuestro país, que ha mantenido su capacidad de 41 mil (41.992) plazas durante la última década, sin cambios significativos, lo que agrava los riesgos asociados a la sobrepoblación.
Cabe destacar que el Gobierno anunció inversiones para aumentar en 12.188 plazas la capacidad penitenciaria entre 2024 y 2030. Sin embargo, las proyecciones indican que, incluso con estas nuevas plazas, el sistema seguirá con un 168% de sobredemanda para 2030.
Además, el estudio sostiene que aunque las iniciativas gubernamentales buscan mitigar la emergencia, no abordan problemas estructurales como la ineficiencia en la ejecución de proyectos y la falta de mecanismos para acelerar la construcción de nuevos recintos con estándares modernos de seguridad.
Al respecto, proponen usar experiencias internacionales como el uso de diseños estandarizados y métodos de construcción modernos que se utilizan en Inglaterra y Australia. Estas prácticas podrían reducir significativamente los tiempos y costos de construcción, asegurando altos estándares técnicos y de seguridad.
Para ello, la simplificación de trámites administrativos y ambientales es crucial para agilizar los proyectos. Esto, combinado con técnicas de construcción innovadoras y una estandarización de diseños, permitiría una respuesta más eficiente a la creciente demanda penitenciaria.
Revisa el estudio completo sobre hacinamiento de cárceles chilenas a continuación: