Tres factores se conjugaron tras llegar a La Moneda: la campaña y el programa que, por ejemplo, propuso la refundación de Carabineros; a eso se sumó el despliegue que ha alcanzado el narcotráfico en Chile y el pasado legislativo de las principales figuras del Gobierno, cuando fueron diputados. Todo esto, además, ocurre con la elección de consejeros constitucionales a la vuelta de la esquina, con la derecha tradicional unida y la necesidad del Gobierno que ese sector no se imponga en el debate de la seguridad.

En medio de un encendido debate ciudadano y parlamentario por la agenda de seguridad, nuevamente el Gobierno ha debido enfrentar una serie de críticas por su desempeño en esta área, pese al compromiso adoptado al respecto, el aumento presupuestario entregado a las policías y las constantes declaraciones donde se remarca, una y otra vez, que el Ejecutivo respalda la labor policial en el marco de la ley.

No obstante, en medio de avances y la discusión de iniciativas de ley, la gestión del presidente Gabriel Boric ha molestado no solo a la oposición, sino que también a Apruebo Dignidad, una de las almas del Gobierno que incluye al Frente Amplio y al Partido Comunista.

Pero lo que ha quedado claro es que, ante la delincuencia, La Moneda ha cambiado su postura de seguridad en base a tres situaciones.

Si bien la crisis no se inició en esta gestión, una de las razones del rearme apunta a falencias al respecto en campaña. La refundación de Carabineros, por ejemplo, fue parte del programa.

Otro de los factores que entraron a la ecuación ha sido la escala a la que ha llegado el narco en Chile, con el Puerto de San Antonio catalogado por la ONU como un punto neurálgico a nivel mundial para el traslado de drogas, como cocaína, hacia países como Panamá, México o Europa.

En tercer lugar, el gobierno del presidente Boric debe lograr que la derecha no se imponga en este debate, especialmente porque algunas de sus principales figuras votaron en contra de leyes o medidas de seguridad siendo diputados.

El Mandatario, por ejemplo, votó en contra de la modificación a la Ley 17.798 para sancionar penalmente la fabricación, importación, comercialización, distribución, venta, entrega a cualquier título y el uso de fuegos artificiales; la modificación a la Ley 18.603 orgánica constitucional de partidos políticos para exigirles renunciar expresamente al uso, propugnación o incitación a la violencia como método de acción política; la Ley Juan Barrios, la ley contra el robo de madera y Estados de Excepción en La Araucanía.

También se abstuvo en el proyecto que buscaba mejorar la persecución del narcotráfico y crimen organizado, regular el destino de los bienes incautados en esos delitos y fortalecer las instituciones de rehabilitación y reinserción social.

Elecciones al Consejo Constitucional, con la derecha tradicional unida

Todo lo anterior cobra relevancia a semanas de las elecciones al Consejo Constitucional, comicios a los cuales la derecha tradicional fue unida bajo el pacto “Chile Seguro”.

El oficialismo, sin embargo, no pudo limar sus asperezas y terminó en dos listas, aunque desde el PS su presidenta, Paulina Vodanovic, ha defendido que la idea es diferenciarse con la UDI, Evópoli y RN, no entre ellos.

En este contexto también destacan las declaraciones del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) sobre los retrocesos que representaría la Ley Naín-Retamal, para la cual el Gobierno ingresó indicaciones a modo sacar los artículos más controvertidos y acotar el uso de armas de las policías.

Es por esto mismo que, aunque no se reconoce abiertamente, en el oficialismo ya empezaría a preocupar la idea que surja un bloque de más izquierda todavía, teniendo en cuenta los cambios de postura, principalmente, en Apruebo Dignidad.

De momento, el Presidente defiende que los Derechos Humanos y el actuar de Carabineros pueden ir de la mano. Ejemplo de eso fue su discurso en la Escuela de Suboficiales para el Día del Joven Combatiente.

Esa aparición justamente levantó polvo en el PC. Su secretario general, Lautaro Carmona, indicó que su visita al recinto, en un mismo día de conmemoración de abusos de la dictadura, puede “llamar a la confusión”.

“El contraste de las dos actividades puede llamar a una interpretación no precisa”, sostuvo.

“El tono” y las reacciones en el Frente Amplio

En general, en el PC y el FA el tema del tono estalló tras ser sometidos a votar la Ley Naín-Retamal, donde varios decidieron oponerse o abstenerse en la disposición más polémica: la legítima defensa privilegiada, respaldando el resto del texto.

El diputado Matías Ramírez (PC) dice que el foco debe estar en sacar adelante la reforma a la institución, no con acciones que pueden ser “desmesuradas”.

El diputado Andrés Giordano (Apruebo Dignidad) explicó los cuestionamientos a Carabineros considerando las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por la institución en el estallido social.

En La Moneda reconocen que el oficialismo debe evitar que la oposición se imponga en el debate. Esto, considerando la arremetida de la derecha contra el Gobierno, a quien ha culpado por el descrédito a Carabineros.

Con todo, la diputada Mercedes Bulnes (IND-FA) aseguró que la izquierda no avala la delincuencia y respalda a Carabineros.

Por otro lado, Vodanovic le habló directamente a la derecha, la acusó de ser mezquina y querer marcar puntos políticos que no permiten avanzar en materia de seguridad.