El suspendido sacerdote renunció a los Jesuitas para volver a Antofagasta. "Me duele contarles que me he sentido maltratado por el gobierno de la Compañía, que tanto quiero. Sus ambiguas declaraciones a la prensa han sido condenatorias", criticó.

Felipe Berríos presentó su renuncia a los Jesuitas para poder volver a un campamento en el sector La Chimba de Antofagasta, según confirmó en una carta enviada a sus cercanos.

Recordemos que el religioso fue suspendido de sus funciones como sacerdote en mayo pasado, luego de darse a conocer una denuncia por hechos de connotación sexual, por lo que debió fijar residencia en Santiago como medida cautelar.

El sacerdote se encontraba desde 2014 viviendo en el Campamento Luz Divina, del sector La Chimba de Antofagasta, lugar que debió abandonar tras iniciarse la investigación canónica.

No obstante, luego de siete meses sin ejercer, Berríos decidió terminar con la restricción renunciando a la Congregación para volver a vivir al norte del país.

Así lo comunicó a través de una carta enviada a sus cercanos, donde aseguró que “este año ha sido complejo. Por una parte, he sido denunciado de hechos que no he cometido; por otra, se han atribuido a gestos y palabras mías connotaciones que nunca tuvieron”.

En ese sentido, cuestionó a las autoridades de su congregación, la Compañía de Jesús.

“Una cosa es que mi forma de ser sacerdote, horizontal y directa, pueda haber incomodado o ser considerada inadecuada por alguien, pero no comprendo por qué el gobierno de la provincia insinúa en sus declaraciones que se me ha investigado por hechos que podrían constituir delitos graves”, criticó.

En esa línea, acusó vulneraciones a sus derechos fundamentales, apuntando a un proceso poco transparente.

“Es inaceptable que un ciudadano de este país sea sometido a un proceso jurídico distinto al estado de derecho. No se han respetado mis derechos fundamentales, en un proceso poco transparente, con tiempos ilimitados, mitad secreto y mitad público, en el que me es imposible defenderme en igualdad de condiciones respecto de quienes me acusan”, acusa.

“Por eso, paralelamente, he llevado el asunto a la justicia penal, a la que estamos sujetos todos los chilenos y que garantiza procesos transparentes y públicos”, sentencia.

“Me duele contarles que me he sentido maltratado por el gobierno de la Compañía, que tanto quiero. Sus ambiguas declaraciones a la prensa han sido condenatorias. Todo esto en un proceso mediático con filtraciones intencionadas que me han perjudicado”, agrega Berríos.

Felipe Berríos: “Debo renunciar a ser jesuita”

Asimismo, acusa al Provincial de optar más por cuidar la imagen de la institución y su propia persona, que la búsqueda de la verdad y la justicia.

“Se me pide una obediencia que violenta mi libertad de conciencia y atrofia mi vocación. Jamás debería haber existido este dilema; en que para vivir mi vocación de jesuita debo de renunciar a ser jesuita”, lamenta.

“No estoy pidiendo un trato especial, no me parece que querer seguir trabajando con mi comunidad en el norte sea algo que vaya a entorpecer la investigación canónica en la que me veo envuelto, sobre todo porque siempre he estado dispuesto a colaborar en todo lo que se me ha pedido para esclarecer los hechos”, señala.

“Debo renunciar a ser jesuita”, insiste en la misiva, agregando que “dejo con dolor la Compañía que ha sido mi familia, pero la misma Compañía no me ha dado otra opción”.

Revisa la carta a continuación: