Durante el 2020 se registraron 337 hechos noticiosos de protesta asociados a la causa mapuche, específicamente en las provincias de Arauco, Cautín y Malleco. Según un estudio titulado "La protesta mapuche durante la pandemia" de la Universidad Alberto Hurtado, la pandemia desmovilizó la protesta del estallido social en las distintas ciudades del país, pero el movimiento mapuche se mantuvo activo en las zonas rurales, mostrando vida propia.

La pandemia ha provocado que diversas actividades sean suspendidas o se realicen con menor cantidad de gente. Un ejemplo de esto, ha sido la desmovilización de las protestas del estallido social.

Por otro lado, el movimiento mapuche se ha mantenido activo en las zonas rurales, mostrando vida propia.

Durante el 2020 se registraron 337 hechos noticiosos de protesta asociados a la causa mapuche, específicamente en las provincias de Arauco, Cautín y Malleco.

Así lo constató el nuevo estudio que se titula “La protesta mapuche durante la pandemia”, realizado por el Centro Vives de la Universidad Alberto Hurtado y que es parte del Anuario del Conflicto Social en Territorio Mapuche 2020, lanzado en conjunto con la Universidad de Barcelona.

Provincia de Malleco

Según este estudio, la provincia de Malleco es la que ha registrado el mayor número de protestas (39%), luego le sigue la de Cautín (36%), y finalmente la de Arauco (25%).

Sin embargo, la provincia de Arauco es la que concentra la mayor tasa de protesta altamente disruptiva o violenta (66%).

El 63% de la protesta violenta en Arauco fue contra la industria forestal, específicamente “daños a maquinaria forestal o productiva”.

En las tres provincias las protestas violentas concentran el 28% del total registrado en el año, y el 68% estaría representado por protesta antiforestal.

Estado de Emergencia

El director del Centro Vives y uno de los autores de esta publicación, Nicolás Rojas Pedemonte, señaló que hubo un aumento del control policial por la implementación de medidas sanitarias y el despliegue militar en el Wallmapu.

“Fue una protesta mapuche activa en el territorio y también renovada, en el contexto de la restricciones por el Estado de Emergencia y de medidas de autocuidado implementadas por las propias comunidades”, indicó Rojas.

En este estudio se investigaron tanto los tipos de protesta como los actores sociales involucrados, contextos y los espacios geográficos.

Así también se estudiaron las dinámicas de confrontación del pueblo Mapuche frente a la élite local y empresarial, y el poder institucional y burocrático del Estado
chileno.

Protestas

En la provincia de Arauco se concentran las protestas disruptivas y antiforestales, donde destacan las comunas de: Cañete, Contulmo y Tirúa.

En este territorio también se refleja un aumento en las huelgas de hambre por presos mapuche y las manifestaciones de apoyo por parte de las mismas comunidades.

Mientras que en la provincia de Malleco destaca un aumento de los repertorios no violentos.

El estudio describe un giro en los conjuntos de protestas frente al año 2019 (de alto nivel disruptivo), hacia protestas principalmente de tipo discursivo en 2020 (asociadas principalmente a denuncias por hostigamiento, racismo, allanamientos violentos, represión policial e institucional).

En esta zona las comunas con las concentraciones más altas de protestas son Ercilla y Collipulli, territorios caracterizados por la recuperación de tierras ancestrales, como también por la resistencia frente a la violencia policial y estatal.

La provincia de Cautín por último, se describe como el territorio con el mayor número de protestas, pero mayoritariamente pacífica y convencional, orientada a interpelar institucionalmente a las agencias del Estado en la gran capital regional (Temuco).

Finalmente, este estudio aborda la emergencia de la protesta antimapuche durante este año, la emergencia de nuevas organizaciones y los nuevos procesos de mercantilización del conflicto, donde las motivaciones de nuevos actores involucrados ya no serían solo políticas, sino también económicas.