A tres meses de su salida del Gobierno, el ex ministro de Salud Jaime Mañalich reapareció de manera pública el martes en un taller organizado por la Fundación Jaime Guzmán. Allí defendió su manejo de la pandemia, el que el domingo le valió el ingreso de una acusación constitucional en su contra.

El “taller de coyuntura sobre el coronavirus” se realizó vía Zoom y contó con participantes quienes pudieron escuchar y conversar con el otrora jefe del Minsal.

En ese diálogo, Mañalich justificó las medidas que llevó adelante desde enero, criticó la animadversión existente ante ello tanto desde la ciudadanía como desde la clase política y aseguró que los cuestionamientos ocurrieron en un contexto de crisis social, donde no contaban con apoyo.

“Teníamos que lograr que el brote de esta enfermedad no hiciera colapsar la capacidad hospitalaria. Aplanar la curva de los casos, demorarla en el tiempo y hacer crecer la capacidad de hospitalizar y tratar a los enfermos, cosa que en realidad todo el mundo reconoce que en Chile se hizo extraordinariamente bien y que no ocurrió lo que pasó en Italia, España, donde hubo este dilema de la última cama”, comentó, consignó La Tercera.

Tras ello, el ex ministro destacó que nuestro país fue un pionero y que fue el primero en todo el orbe donde “se dijo que era prudente usar mascarilla en toda la población”.

Al mismo tiempo, valoró la cifra de decesos acumulados hasta el momento, sobre los 12 mil con confirmación PCR, ya que el registro, a su juicio, es mucho más confiable que el que llevan otras naciones.

“Si alguien pudiera decirme a mí cuál es la situación en Argentina en este momento yo me sacaría el sombrero, porque no tenemos información de lo que está pasando allá”, lanzó.

Así, destacó que la metodología incluya casos probables e incluso a aquellos pacientes que sufren enfermedades de riesgo como cáncer.

Enero

Hace un tiempo, Mañalich afirmó que la primera reunión de coordinación ante el surgimiento de la enfermedad tuvo lugar en enero, en La Moneda.

En marzo, y tras confeccionar su estrategia sanitaria, el presidente Sebastián Piñera incluso comunicó que Chile estaba preparado para hacer frente a la entonces epidemia, lo que cambió con el paso de algunas semanas.

En el taller, Mañalich rememoró detalles de ese encuentro y complementó que en ese tiempo el conflicto social todavía hervía, por lo que las preocupaciones se centraban en cómo afrontar la continuación del estallido social y no el coronavirus.

“Chile se enfrentaba en ese momento a una situación compleja, que cualquier cosa que nosotros hiciéramos significaba una violación de derechos constitucionales de las personas”, partió.

“Toda la oposición, incluidos los alcaldes, se nos vinieron a la yugular. ‘Esto es un fraude que el Gobierno está armando para controlar el estallido social’, que todavía estaba vivo, y prever lo que iba a ocurrir en marzo cuando la ciudadanía descontenta saliera a la calle”, continuó.

En esa misma línea, acusó que cuando comenzaron a hacer gestiones en la atención primaria “no había interés en colaborar, menos los alcaldes”.

Cierre de fronteras

Consultado sobre qué habría hecho de manera distinta, el nefrólogo indicó que tal vez se deberían haber cerrado las fronteras de manera más radical.

No obstante, alegó nuevamente que faltó apoyo desde la clase política y también de la ciudadanía.

“Cualquiera es general después de la batalla (…). La única cosa que pudimos haber hecho más radical es haber cerrado absolutamente las fronteras. No llega nadie a Chile durante el próximo mes (…). Pero el conflicto que esa medida, cuando la insinuamos, generó fue de tal magnitud que en realidad era muy difícil”, sostuvo.

“En ese minuto la confianza en el Estado estaba completamente quebrada. Y ojo, sigue quebrada. Entonces hay que entender el contexto en el cual se habla”, explicó.

Clases

En su participación, el ex jefe del Minsal también afirmó que las clases presenciales deberían retomarse en las zonas donde el virus parezca estar controlado.

A su juicio, la pérdida para los alumnos en materia académica será irreparable, a lo que sumó el complejo panorama al que se exponen los más vulnerables.

“Los niños que no tengan clases durante este periodo probablemente van a perder el año escolar completo, no es gratuito. Para los más vulnerables produce un daño enorme”, indicó.

“Nunca llegamos a acuerdo, pese a que el comité de expertos del ministerio lo señaló de esa manera. Si en un momento, por semanas y meses, no tenemos un caso en Aysén, ¿por qué no tienen que ir a clases?”, inquirió.

Por ello, Mañalich dijo apoyar la idea que, en zonas donde los casos sean bajos y la enfermedad no esté causando estragos, los estudiantes regresen al colegio “lo antes posible”.

“Dictadura sanitaria”

Pese a que la lentitud a la hora de imponer medidas de confinamiento estrictas y la decisión de establecer cuarentenas dinámicas le valió críticas con las que comenzó a zanjarse su salida del cargo, el ex ministro sigue defendiendo ese plan. Es más, Mañalich lamentó que hoy en día vivamos en una “dictadura sanitaria”.

“Estoy convencido de que las cuarentenas prolongadas en lugares vulnerables, vale decir donde hay hacinamiento, donde la familia vive de lo que alguien, miembro de la familia, aporta todos los días, porque va a mendigar, vender cosa al por menor, o lo que fuere, la cuarentena es imposible. Es una utopía completa. Al final la disyuntiva es: o me muero de hambre, como está pasando en muchas partes del mundo, o me arriesgo a enfermarme”, lanzó.

“Las medidas que puede tomar un Gobierno en medio de un pánico producido o aumentado incluso por una enfermedad son realmente inverosímiles. Piensen ustedes: octubre 18 y hoy día, estamos con toque de queda. Estamos en la segunda renovación de un Estado de Excepción, idéntico al Estado de Sitio. Sin pronunciamiento del Parlamento sobre el tema, con acuerdo ciudadano, con posibilidad que te pidan documentos, tomen preso, pasen multas. Nosotros hoy día en Chile estamos viviendo en una dictadura sanitaria”, dijo.