La Comisión de Educación y Cultura del Senado rechazó por 3 votos en contra y 2 a favor el proyecto de Sala Cuna Universal impulsado por el Gobierno, que cursa actualmente su primer trámite constitucional.

La mayoría de la comisión argumentó que en la iniciativa que crea el beneficio social de educación en el nivel de sala cuna, financiado por un fondo solidario “no existe universalidad real, se mantiene un sesgo en la perspectiva de género, se vuelve al lucro en la educación temprana”.

El nuevo beneficio laboral pretende crear un “Fondo Solidario para Beneficio Social de Educación Parvularia en Nivel de Sala Cuna”, el que cubrirá el cuidado de menores de hasta dos años.

A favor votaron la senadora Ena Von Baer y José García Ruminot, mientras que Jaime Quintana, Yasna Provoste y Juan Ignacio Latorre se opusieron.

El texto ya había sido aprobado por la Comisión de Trabajo y Previsión Social, y ahora pasará a manos de la de Hacienda.

Terminar con la arbitrariedad

El nuevo beneficio laboral pretende crear un “Fondo Solidario para Beneficio Social de Educación Parvularia en Nivel de Sala Cuna”, el que cubrirá el cuidado de menores de hasta dos años.

Según indica el proyecto, será el Estado, en conjunto con el empleador, el que deberá cubrir los gastos de esta nueva ley. Específicamente la empresa deberá aportar una cotización adicional del 0,1%, mientras que el Estado deberá conceder de forma permanente la suma de 225.792 UTM, equivalentes en la actualidad a $11 mil 115 millones de pesos. En el caso de no ser suficiente, el Estado será el encargado de completar la diferencia.

Por ejemplo, en teoría, si una trabajadora tiene un sueldo de $400 mil, la empresa deberá pagar todos los meses $400 pesos adicionales, lo que garantizará una sala cuna de $245 mil para los infantes y sus madres.

La idea, que tardó un año en ser tramitada, permitirá que cerca de 230 mil mujeres puedan ingresar al mercado laboral, lo cual elevaría la participación femenina en un 52%.

En la actualidad el Código del Trabajo discrimina arbitrariamente a las mujeres en este aspecto, pues establece que el derecho a sala cuna corresponde sólo cuando las empresas tienen entre sus filas a más de 20 trabajadoras.

El proyecto de ley que hoy se tramita pondría fin a esta arbitrariedad, pues se busca que el número de mujeres dentro de la empresa no incida en la obtención de este beneficio.

Cuestionamientos de los senadores

Quintana, Provoste y Latorre cuestionaron el proyecto, sosteniendo que éste “pasaría a llevar ciertos derechos que las mujeres ya tienen y deja a los niños más pobres de Chile excluidos, porque sus madres no tendrán el contrato laboral con los requisitos propuestos”.

Al respecto, reiteraron que las mujeres sin contrato, las madres estudiantes y aquellas que trabajan menos de 15 horas a la semana, no serían parte de la universalidad.

Asimismo, argumentaron que tal como está el proyecto, “se vuelve al lucro en la educación a través del copago, en donde actores privados se beneficiarán con fondos públicos”, aludiendo a que se hace en una etapa tan sensible como los 0 a 2 años.