El empresario chileno Carlos Cardoen afirmó ser inocente de los ocho cargos que le imputa Estados Unidos, relacionados a la importación de circonio y venta de bombas racimo a Irak en los 80.

Durante cerca de dos horas declaró el martes Cardoen en la Cuarta Sala de la Corte Suprema ante la ministra Andrea Muñoz, donde fue notificado que se rechazó levantar la orden de detención como había solicitado. El empresario permanece con arresto domiciliario desde abril, por la solicitud de extradición de Estados Unidos, que es analizada por el máximo tribunal chileno.

Terminada la diligencia, el acusado se manifestó feliz por tener la oportunidad de demostrar que las imputaciones de EEUU son falsas por primera vez ante la justicia, después de que en 1993 se iniciara el proceso en su contra en ese país.

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Vamos a demostrar que Estados Unidos siempre conoció de la venta de circonio al señor Carlos Cardoen
- Abogada de Cardoen

“Va a ser el proceso judicial que va a permitir aclararlo, porque por 26 años han jugado con mi reputación, con mi honra y la de mi familia, que al final es lo que estoy defendiendo”, afirmó.

“A mí ya me castigaron, a mí ya me tuvieron 26 años en Chile, pero como soy un huaso amante de mi tierra aquí estoy, pecho al frente, confiado en la justicia y con la frente en alto para defender mi honor y el de mi familia”, agregó.

Cardoen es acusado por la justicia de los Estados Unidos de conspiración y fraude aduanero, por la importación de circonio para la fabricación de bombas de racimo que vendió a Irak, entre 1982 y 1989.

“Los delitos están prescritos hace más de 25 años en Chile (…) además vamos a demostrar que Estados Unidos siempre conoció de la venta de circonio al señor Carlos Cardoen”, comentó su abogada Joanna Heskia.

La defensa buscaría acreditar la inocencia del empresario, para así poner fin a la alerta roja de la Interpol que lo ha mantenido por 26 años en Chile.

Cardoen vendió bombas racimo por cerca de 150 millones de dólares al gobierno de Saddam Hussein, que en ese tiempo mantenía una guerra con Irán y por tanto era aliado de Estados Unidos.

Saddam Hussein en 1987 | Agence France-Presse
Saddam Hussein en 1987 | Agence France-Presse

Sin embargo, tras la invasión de Irak a Kuwait en 1990, Estados Unidos intervino a favor de ese último país, en lo que se conoció como la Guerra del Golfo.

En 1993 Estados Unidos acusó a la Industrias Cardoen de importar de forma ilegal desde su territorio el circonio, químico utilizado para la elaboración de artefactos explosivos.