Luego de que el Gobierno le pidiera su renuncia, cuestionando su liderazgo en la crisis provocada por el caso Catrillanca, Hermes Soto, el aún general director de Carabineros dijo “no”.

Posterior a ello, el uniformado llamó a sus generales hasta la Dirección General de la institución. A puertas cerradas estuvo con ellos y luego se dirigió a La Moneda, donde sostuvo una reunión con el presidente Sebastián Piñera y su ministro del Interior, Andrés Chadwick.

No se sabe el detalle de esa conversación, pero sí que Hermes Soto se mantuvo firme en su decisión, complicando el futuro inmediato del Gobierno en materia de seguridad pública.

Remoción

Pese a que el general director se retiró en silencio desde La Moneda, el propio Presidente dejó entrever que Soto no presentó voluntariamente su renuncia. ” En el día de hoy le he pedido la renuncia al general Hermes Soto Isla, para lo cual hemos iniciado todos los procedimientos correspondientes”, dijo.

Con esas palabras, el mandatario se refiere al proceso establecido en la Constitución Política de la República, que en este caso obliga al Ejecutivo a la realización de un decreto de remoción que debe ser fundado y sometido a consulta de amabas cámaras y puesto, luego, en razón de Contraloría. Este último proceso podría, eventualmente, tardar meses.

Artículo 104 de la Constitución Política de la República

Los Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea, y el General Director de Carabineros, serán designados por el Presidente de la República de entre los cinco oficiales generales de mayor antigüedad, que reúnan las calidades que los respectivos estatutos institucionales exijan para tales cargos; durarán cuatro años en sus funciones, no podrán ser nombrados para un nuevo período y gozarán de inamovilidad en su cargo.

El Presidente de la República, mediante decreto fundado e informando previamente a la Cámara de Diputados y al Senado, podrá llamar a retiro a los Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea y al General Director de Carabineros, en su caso, antes de completar su respectivo período.

Hermes Soto, entonces, esperará la tramitación de este decreto, provocando una situación inédita en la relación de un gobierno de Estado con su policía uniformada.

A lo anterior debe sumarse el hecho de que diez generales fieles a Soto lo secundarán en su renuncia, con lo cual complican aún más las posibilidades de Sebastián Piñera a la hora de elegir un sucesor, esto, porque el Presidente debe elegirlo entre las antigüedades que siguen al -todavía- general director.

En marzo de este año, sólo unos meses atrás, Sebastián Piñera anunció el nombramiento de Soto al mando de Carabineros y le encargó como primera misión “avanzar en la conformación de un nuevo Alto Mando de la institución, para iniciar, con la mayor fuerza y a la mayor brevedad un profundo proceso de modernización, tanto administrativa, operativa, teconológica y de equipamiento de Carabineros de Chile”.