Son tres los diputados de la conocida “bancada estudiantil”, una que tuvo su génesis en el movimiento estudiantil de 2011, los que han anunciado su retirada del mundo político: Giorgio Jackson, Gabriel Boric y Camila Vallejo.

Este grupo de políticos, junto a otros como Karol Cariola o Vlado Mirosevic, entre varios más, ingresaron al Congreso como una nueva camada joven de parlamentarios; irrumpiendo el “status quo” en el que se encontraba el poder legislativo y cambiando la imagen de este.

Sin embargo, este periodo llegaría pronto a su fin. Jackson avisó en abril, a través de un programa de TV, que no iría a reelección. Luego fue Boric quien se sumó y este domingo finalizó Vallejo: “Dos periodos es suficiente”, declaró la diputada consigna Emol.

Entre los argumentos de dichos diputados, para dejar el Congreso, están los deseos de ejercer en otras áreas. Incluso en sus propias profesiones.

Vallejo, por ejemplo, comentó que al terminar su segundo periodo como parlamentaria le gustaría trabajar en Geografía; carrera que estudió.

“Hace bien salir de este claustro que es el Congreso y mirar desde una perspectiva más amplia (…) no implica dejar de hacer política o dejar de luchar, sino que hacerlo desde otra trinchera”, detalló.

En tanto, Boric ha declarado que quiere escribir un libro y que no ejercerá lo que estudió: Derecho.

“Lo que sí quiero hacer es dedicarme dos años a tratar de escribir en serio. Quiero hacer un libro de ficción, una novela”, dijo.

Finalmente, Jackson aseguró que su idea es dedicarse al servicio público o al ámbito académico.

¿Decisión correcta?

Al respecto de esta eventual salida, expertos de Ciencia Política y Asuntos Públicos han dado a conocer su opinión.

Kenneth Bunker, doctor de Ciencia Política, explica que podría tratarse de una decisión incorrecta pensando en el futuro político que estas figuras tienen y en el peso que agregan a sus coaliciones.

“Me parece más interesante y significativa la salida de Boric o Jackson, porque tienen mucho espacio por avanzar todavía y van a seguir siendo los líderes de su coalición. En esa línea, retirarse es una decisión equivocada”, precisó.

“Entiendo que hay un mensaje político con respecto a que no van a perpetuarse en el poder, pero también van a bajarle el peso político a su propia coalición”, agregó.

Mireya Dávila, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, comparte una opinión parecida.

“Este retiro no es un sinónimo de jubilación. Me imagino que si tienen ambiciones personales o colectivas, van a seguir en política desde otra perspectiva. Si ellos son animales políticos, como veo que son, van a seguir moviéndose en ese espacio, no se me ocurre que decidan jubilarse”, dijo.

En tanto, sobre la explicación para esta retirada, Dávila concluyó: “Creo que tiene que ver con esta lógica generacional de querer recuperar la confianza en la política y el Congreso, que la gente que está ahí no se ‘aperne’. Quieren ir contra la tendencia de quienes llevan varias décadas ahí”.