Este 2018, el Día Nacional del Donante de Órganos no tiene mucho que celebrar. A tres meses de terminar el año, la cifra no alcanza los números de 2010, que sólo tuvo 92 donantes. Además, este año registró el menor promedio mensual en las últimas dos décadas, sumado a los mitos que aún prevalecen en la población.

Apenas 81 donantes se registran -a la fecha- este año, contrastando absolutamente a los 139, de un total de 173, que marcaron el récord en 2017, según cifras del Ministerio de Salud.

El escenario se vuelve aún más decadente al ver la lista de espera: 2.662 personas esperan un órgano en Chile.

Ello motivó a la ex Posta Central a realizar una campaña de difusión y concienciación de la cultura de donación, según consignó La Cuarta.

“Estamos reforzando en forma permanente un trabajo interno para optimizar la notificación de posibles donantes, tanto en Urgencia como en la UCI. Con esta medida hemos logrado, hasta el momento, un 94% de notificaciones respecto a fallecidos con diagnóstico neurocrítico”, sostuvo Lina Valdés, coordinadora de Procuramiento de Órganos del Servicio de Salud Metropolitano Central.

Además de los mitos y desinformación del tema, una de las causas que bajan estos números, es la interpretación de la Contraloría sobre las personas inscritas en el listado de no donantes del Registro Civil, que no fue revisada en 2013 con el cambio de la Ley 19.451 (que establece que todo mayor de 18 años es donante).

Ello derivó que, por diversos motivos administrativos, la cifra de no donantes se elevara a 4,5 millones aproximadamente. Por tanto, el proceso de seguimiento y entrevista a posibles donadores no se realizó, reduciendo históricamente las cifras nacionales.

Trasplantes

De acuerdo a las estadísticas, el año pasado se realizó un total de 373 trasplantes. De éstos, 250 fueron de riñón, 84 hepáticos, 27 de corazón, 14 pulmonares y 8 de páncreas. En tanto, este año sólo registra 229 trasplantes, hasta el momento.

Los órganos más recibidos son córneas, hígado y riñón. En tanto, los órganos con menos recepción son corazón y páncreas.

El trasplante de riñón es uno de los más comunes, ya que al ser un órgano doble, no necesita un donante cadavérico o fallecido. Si existe la compatibilidad, el donante puede ser un familiar. Este año, el Hospital El Salvador, en la región Metropolitana, ha sido el que más trasplantes renales ha realizado.

Dificultades

Aunque una persona registre ser donante, quien tiene la última palabra es de la familia para decidir si se realiza o no la extracción, pues se entiende como una mínima duda de la voluntad del fallecido. Por ello es importante acordarlo en conjunto y manifestarlo.

Respecto de la cirugía, un trasplante no se realiza en el mismo recinto asistencial de ambas partes. Es decir, un donante puede estar en Valdivia, pero su receptor en Santiago, por ejemplo.

Asimismo, no todos los hospitales están habilitados para realizar trasplantes. De éstos, algunos realizan ciertos tipos de intervenciones. Por ello, muchas veces son los pacientes que deben trasladarse a otras ciudades para intervenirse, pese a la gravedad de su enfermedad.

Sólo seis ciudades tienen recintos asistenciales para realizar trasplantes: Valparaíso, Santiago, Talca, Concepción, Temuco y Valdivia.

De la misma forma, los cirujanos que realizan los trasplantes generalmente están en la región Metropolitana, por lo que deben trasladarse vía aérea.

Una vez que los procuradores de órganos confirman la compatibilidad de un donante, tras realizar una entrevista a la familia y exámenes fisiológicos, se notifica al Instituto de Salud Pública (ISP), que regula la lista de espera.

Luego, los cirujanos tienen un margen menor a 24 horas desde que son notificados, hasta que realizan el trasplante. Deben viajar hasta el centro asistencial del donante, extraer el(los) órgano(s), cuidar su rigurosa mantención artificial y viajar nuevamente al hospital donde está el receptor, según explicó la Dra. Daniela González, del equipo de Procuramiento del Hospital Regional de Puerto Montt.

Mitos de la donación

Los mitos son también una causa muy común de la baja de donantes. Uno de los más habituales es creer que el equipo médico “dejará morir” a quien explicite ser donador. Esto es desmentido, pues la condición de donante se obtiene con la muerte encefálica, que afecta sólo a un 2% de la población.

La muerte encefálica (también llamada “muerte cerebral” o muerte por criterio encefálico) es el daño neurológico severo e irreversible. Ésta puede ser causada por traumatismos encefálo-craneanos, encefalopatías anóxicas, tumores primarios del sistema nervioso central o infecciones del sistema nervioso central (por ejemplo: meningitis).

La lista de espera es única, transversal y a nivel nacional. Ésta es regulada por el ISP, en base a diferentes criterios de urgencia. Esto desmiente la creencia popular de que personas influyentes o con poder adquisitivo serían prioridad por sobre otras, que no es tal.

También se cree que existe tráfico de órganos y tejidos en Chile. Dicha comercialización es un delito penado con cárcel en nuestro país y no existe un negocio lucrativo al respecto, que se haya detectado.

Por otro lado, el aspecto del donante no se deteriora al realizar un trasplante. El equipo médico es especializado y la operación se lleva a cabo como cualquier otra. En caso de trasplantar tejidos y/o huesos, éstas estructuras se reemplazan para conservar la estética corporal del cadáver y ser entregado a la familia.

Finalmente, la recuperación del donante vivo es como cualquier posoperatorio. Asimismo, para el receptor se cuida el proceso de inmunosupresión, provocado por la reacción natural de rechazo del cuerpo.

Toda la información respecto de la donación de órganos, se puede encontrar en el sitio Web del Ministerio de Salud: Yodonovida.minsal.cl