Durante la cumbre de los líderes turco, ruso e iraní de este martes en Irán, el dirigente turco Recep Tayyip Erdogan hizo esperar a Vladimir Putin delante de las cámaras de los periodistas cuarenta y cinco segundos. Un gesto muy significativo que suele venir de mano del presidente ruso.

En política, las palabras y los gestos tienen un sentido… y cuarenta y cinco segundos de espera, cuando se es el presidente de una de las grandes potencias mundiales es muy largo, sobre todo cuando ocurre delante de las cámaras. Putin no podía esconder su incomodidad a los periodistas.

El momento fue captado por la agencia de noticias turca Anadolu, que incluso enfocó los gestos del mandatario ruso.

Putin se quedó de pie, delante de su asiento y la bandera rusa, con las manos cruzadas sobre el vientre. Molesto mientras los segundos iban pasando, empezó a balancear su peso de un pie al otro y después a hacer muecas.

Putin está acostumbrado no a tener que esperar, sino a hacer esperar. En un encuentro en Moscú en 2020 con Recep Tayyip Erdogan, Putin le hizo esperar varios minutos.

Los retrasos de Putin pueden ser larguísimos. A la Reina de Inglaterra la tuvo esperando 13 minutos, a Donald Trump 45 y el papa Francisco estuvo aguantando una hora antes de que apareciera.

El hecho de que ahora sea él quien tenga que esperar quiere decir que ya no está en posición de fuerza. Es cierto que el presidente ruso se fue de Teherán con el apoyo de Irán, mostrando que no está tan solo en la escena internacional. Pero Irán también es un país, como Rusia, bajo sanciones internacionales.

Con esa espera, Erdogan está diciendo que el apoyo de un país integrado en el concierto de las naciones tiene un precio.