El nuevo primer ministro del Líbano, Mustafá Adib, se comprometió el lunes tras su nombramiento a formar en “tiempo récord” un equipo de gobierno de “expertos” y personas “competentes” para aplicar las “reformas” tan esperadas. Adib, apoyado por las principales fuerzas políticas del país, ha sumado el voto de 90 de los 120 miembros del Parlamento.

“No es tiempo para palabras y promesas, sino para la acción”: en su primera declaración después de haber sido encargado por el presidente Michel Aoun de formar el nuevo gobierno, Mustafá Adib marcó la pauta. Quiere formar un equipo homogéneo de especialistas.

Este exprofesor de ciencia política, que ocupa el puesto de embajador del Líbano en Alemania desde hace siete años, goza del apoyo de los pesos pesados de su comunidad suní y de los principales partidos políticos cristianos y chiítas.

Aunque no está afiliado a ningún partido político, es cercano al exprimer ministro Najib Mikati, de quien fue jefe de gabinete entre 2011 y 2014. Ahora fue escogido para reemplazar a Hasan Diab, cuyo gobierno renunció tras la mortífera explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut.

Por lo tanto, tiene el apoyo de la clase política tradicional, rechazada por el movimiento de protesta y por algunos libaneses. Su tarea promete ser difícil. La reconstrucción de Beirut, devastada por la doble explosión, es una prioridad. Pero también para emprender profundas reformas para revivir una economía destruida. Lo más importante es devolver la esperanza a un pueblo que ha sido golpeado por sucesivas crisis durante casi un año.

Ya se están levantando voces discordantes. Para el empresario bahaí Bahaa Hariri, que se disputa con su hermano Saad Hariri el liderazgo de la comunidad suní, Mustafá Adib es sólo “otro agente del antiguo régimen”.

Préstamo del FMI

De esta manera, el nuevo primer ministro mencionó la “necesidad de formar un gobierno en tiempo récord y comenzar a poner en marcha reformas, teniendo como punto de partida un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, en un país en pleno naufragio económico.

Casado con una francesa y padre de cinco hijos, este hombre que el domingo festejó sus 48 años, nació en la ciudad de Trípoli (norte del Líbano). Es musulmán sunita, en un país donde el poder se basa en un consenso intercomunitario.

De acuerdo a la Constitución, el cargo de jefe de gobierno corresponde a la comunidad sunita.

En el sitio web de la embajada del Líbano en Berlín, Adib aparece como profesor universitario, doctorado en Ciencias Políticas. Ha realizado “investigaciones en las áreas de seguridad (…) descentralización y democracia local, así como sobre leyes electorales”.

Su designación fue impulsada por un grupo de ex primeros ministros, incluidos Saad Hariri, Fuad Siniora y Mikati, después de que el poderoso movimiento chiita Hezbolá y sus aliados políticos vetaran a otros dos candidatos.

“Un nuevo Hasan Diab”

Los grupos del movimiento de protesta lanzado en octubre pasado exigiendo la partida de toda la clase dominante, considerada corrupta e incompetente, rechazaron la designación de Adib, inclusive antes de que fuera confirmada.

En las redes sociales, los activistas enseguida compararon a Adib con Diab, quien en enero prometió sin ningún éxito gestionar un primer gobierno integrado por tecnócratas independientes de los partidos tradicionales que han gobernado al país.

“Mustafa Adib es un nuevo Hasan Diab, la diferencia es que cuenta con el apoyo de la Corriente del Futuro”, tuiteó Mohamad Chamieh, haciendo referencia a la formación política del ex primer ministro Saad Hariri, quien tiene la mayor parte de los escaños sunitas en el hemiciclo.

En la página de Facebook “Lebanon rise up-Germany”, los activistas libaneses residentes en Alemania señalaron a Adib como un producto del pasado, que no puede encarnar el cambio.

“No vemos el menor cambio para mejor en el nombramiento del embajador Mustafa Adib, puesto que está sometido al sistema de cuotas en vigor en Líbano”, indicó el grupo en un comunicado, refiriéndose al poder compartido por las distintas comunidades.

El grupo recordó que no se trata de un diplomático de carrera y que debe su nombramiento en Berlín a Mikati, conforme al sistema de cuotas comunitarias vigente.