El primer ministro libanés, Hassan Diab, anunció este lunes la disolución de su gabinete, tras las sucesivas renuncias de miembros de su equipo como consecuencia de la mortífera explosión ocurrida en el puerto de Beirut, informó Al Jazeera.

Diab, al frente del gobierno desde hace casi siete meses como independiente, culpó a la clase política tradicional de su fracaso, arremetiendo contra la “corrupción” que llevó a este “terremoto que golpeó al país”.

Finalmente, anunció que “hoy declaro la resignación de todo este gobierno”.

Cinco miembros de su gabinete ya han dimitido, después de la explosión del 4 de agosto que provocó la muerte de al menos 160 personas y reactivó las protestas populares. Otros tres ministros habrían prometido renunciar, según constató Al Jazeera.

Si renunciaba un total de siete ministros, el gabinete se convertiría de hecho en un gobierno interino.

En medio de la espera, se registran enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales en las cercanías del parlamento libanés.

Mientras, en las calles de Beirut, la rabia y la indignación ciudadanas responsabilizando a una administración ineficiente y corrupta de la devastadora deflagración, han vuelto a alimentar este lunesprotestas violentas en los alrededores del Parlamento. El Ejército libanés ha dado por su parte concluida la primera fase de las labores de búsqueda y rescate, sin que los equipos hayan hallado supervivientes, lo cual será menos probable a partir de ahora.

La explosión del martes, que mató a más de 160 personas y destruyó el puerto de la capital libanesa, se ha unido a la grave crisis económica que atraviesa el país y a la crisis política por la que vienen organizándose protestas tras décadas de corrupción y desgobierno por una clase política cada vez más distanciada de los electores.