Hans Frank fue un abogado alemán y alto funcionario del régimen Nazi. Durante la guerra fue designado como gobernador de los territorios ocupados por Alemania en Polonia, por el mismo Adolf Hitler. Allí, decretó la construcción de guetos para separar a los judíos de la demás población, además de ser uno de los artífices del holocausto.
Por todo lo anterior fue juzgado en Nuremberg en 1946, donde fue condenado a pena de muerte por delitos contra la humanidad. Fue ahorcado en octubre de ese año.
Su hijo, Niklas Frank, dio una entrevista al diario El País, a raíz de los 80 años de aquellos juicios, donde reveló el desprecio por la figura de su progenitor, quien murió cuando él tenía siete años.
“Si no hubiesen ahorcado a mi padre, él habría destruido mi cerebro con su ideología. (Él) era un muchacho encantador. Hablaba con tanta fluidez, eran tan inspirador que seguro que habría arruinado mi cerebro y, seguramente, yo habría necesitado décadas después de su muerte para encontrar la verdad”, sostiene.
Niklas vive solo en un pueblo pequeño llamado Ecklak, cerca de Hamburgo, ya que enviudó hace tres meses. Entre sus recuerdos está una foto del criminal Nazi, luego de haber sido colgado en Nuremberg.
“Soy contrario a la pena de muerte, excepto en el caso de mi padre. Soy un egoísta”, indica.
“En lo que respecta a los crímenes alemanes. No hay mayor chovinista que yo. No me interesan otros países con muchos asesinatos. Nadie cometió crímenes como los que cometimos nosotros con el Holocausto”, añade.
Al hacer un análisis sobre su padre Niklas, que fue reportero de profesión, sostiene que Hans Frank no fue un antisemita, sino que cometió crímenes por haber obedecido a Hitler y por aspiraciones personales.
“Es un criminal, pero se convirtió en un criminal porque era un cobarde y porque quería hacer carrera. Además, estaba enamorado de Hitler”, aseguró.
Junto a eso, reflexionó sobre su propia vida: “(Me dejó) la cobardía. Y, si es necesario, puedo mentir perfectamente. Esta es la herencia de mi padre. Dicho esto, he mentido muy poco. Lo he hecho cuando tuve alguna relación con alguien que no era mi mujer”.
Hay que señalar que, de acuerdo al testimonio del periodista Howard K. Smith, Hans Frank sostuvo antes de ser ejecutado: “estoy agradecido por el buen tratamiento durante mi cautiverio y pido que Dios me acepte con misericordia”.