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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El canciller alemán, Olaf Scholz, perdió la moción de confianza en el Parlamento de Alemania tras quedar su Gobierno en minoría, lo que llevará a elecciones generales anticipadas el 23 de febrero. Scholz pidió apoyo ciudadano para una política con "madurez moral" y "decencia" para impulsar la economía y lograr la paz en Ucrania. Tras perder el voto, se dirigía a entrevistarse con el presidente para pedir la disolución del Parlamento, en un contexto de crisis económica y polarización política.

El canciller alemán, Olaf Scholz, perdió este lunes la moción de confianza a la que se sometió ante el Parlamento de Alemania (Bundestag) tras quedar su Gobierno en minoría, con lo que el país centroeuropeo celebrará elecciones generales anticipadas, que están previstas para el próximo 23 de febrero.

El alto mando dio un discurso apelando al voto de confianza, no ya a los diputados, sino a los ciudadanos de cara a las elecciones generales anticipadas en febrero próximo, a fin de apostar por una política con “madurez moral”, “decencia”, “sensatez” y “seriedad”, tanto para reactivar a la maltrecha economía como para lograr la paz en Ucrania.

“Yo les pido hoy, estimados ciudadanos y estimadas ciudadanas, su confianza y su apoyo”, recalcó Scholz durante un discurso más de campaña y de ataques contra sus rivales políticos ante la Cámara Baja del Parlamento alemán.

Ello, antes de someterse a la moción de confianza que perdió al estar su Gobierno en minoría tras la ruptura de la coalición tripartita en noviembre pasado.

Un total de 394 diputados de 717 que entregaron su voto le negaron la confianza, 116 se abstuvieron y 207 votaron a favor de su continuidad, anunció la presidenta de la Cámara Baja, Bärbel Bas.

Scholz ya había adelantado en noviembre pasado su intención de perder el voto de este lunes cuando se rompió la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que presidía y estos últimos fueron expulsados, dejando un Gobierno en minoría.

En su discurso previo a la votación, el canciller planteó los comicios anticipados como un referendo sobre la política económica del Gobierno en un momento en el que se ahonda la recesión en Alemania y aumenta la incertidumbre a nivel global.

Así, abogó por permitir un mayor endeudamiento estatal con el que financiar inversiones masivas en infraestructuras y en seguridad, para relanzar la economía y al mismo tiempo garantizar la protección del país ante la amenaza procedente de la invasión rusa de Ucrania.

En modo de campaña electoral, Scholz repasó algunas de sus propuestas económicas de cara a la próxima legislatura, como la de limitar a 3 céntimos el precio de la tarifa de transmisión de la red eléctrica para los clientes industriales, invertir en digitalización, infraestructuras y producción de energías renovables o reducir el IVA de los alimentos del 7% al 5%. También prometió estabilizar las pensiones y subir el salario mínimo a 15 euros por hora desde los 12,41 euros actuales.

“Hay que activar la palanca, y hay que hacerlo ahora”, afirmó, tras señalar que los ciudadanos deben decidir si se invierte en la economía “con fuerza y determinación o de forma mezquina y vacilante”.

Como respuesta, el adversario político de Scholz, Friedrich Merz, el líder del principal partido de oposición de Alemania, la Unión Cristianodemócrata (CDU) le dijo al canciller que no se merece la confianza ni de las otras fuerzas ni de los ciudadanos.

“Usted plantea la moción de confianza. Ha tenido la oportunidad”, pero “usted, señor Scholz, no se ha ganado la confianza”, comentó Merz.

Además, acusó a Scholz de no haber cumplido sus promesas sobre la modernización del Ejército a raíz de la guerra en Ucrania y de haber sumido al país en una crisis económica, cuya solución no puede pasar por hipotecar el futuro de las próximas generaciones con más deuda, según dijo.

Olaf Scholz pediría al presidente la disolución del Parlamento de Alemania

Tras perder el voto, Scholz se dirigía al Palacio de Bellevue para entrevistarse con el presidente de la República Federal Alemana, Frank-Walter Steinmeier, para pedirle que disuelva el Parlamento.

Éste dispone hasta el 6 de enero para tomar una decisión y está previsto que realice antes, aún siendo una mera formalidad, una ronda de contactos con los jefes de los partidos democráticos.

La Constitución prevé que entre la disolución del Parlamento y la fecha de los nuevos comicios medien como máximo dos meses, pero la fecha con que trabajan todas las fuerzas políticas, pactada por el Gobierno y la oposición, precisamente a petición de Steinmeier, es la del 23 de febrero.