Rishi Sunak, que en dos años y medio pasó de ser casi desconocido a liderar la carrera por suceder a Boris Johnson, fue el primer ministro de Finanzas británico de origen asiático y es el diputado más rico del Reino Unido.

Fue nombrado titular de Finanzas en febrero de 2020, tras solo cinco años en el Partido Conservador. Un mes más tarde estalló la pandemia del coronavirus y gracias a su masivo paquete de ayudas se convirtió en uno de los miembros más populares del gobierno, mientras Johnson era duramente criticado por su gestión de la crisis sanitaria.

Si reemplaza en septiembre al primer ministro conservador, este hombre de 42 años con una eterna sonrisa en los labios y aire de primero de la clase sería el primer británico de origen indio y el primer no blanco a la cabeza del gobierno del Reino Unido.

Cuando en 2015 fue elegido diputado prestó juramento sobre el Bhagavad Gita, libro sagrado del hinduísmo, escrito en sánscrito.

Considerado durante mucho tiempo como la mano derecha de Johnson, es visto ahora en el círculo del primer ministro como el hombre que lo traicionó al anunciar su renuncia el 5 de julio, precipitando otras 60 dimisiones en el gobierno y en última instancia la caída del líder conservador.

Su imagen contrasta como la noche y el día con la de Johnson: mientras la gestión de Johnson ha sido calificada de improvisada y caótica, Sunak se muestra superorganizado y meticuloso. Frente al cabello alborotado y al aspecto desaliñado del primer ministro, él aparece siempre bien peinado y vestido con elegante ropa de marca.

Cuida al extremo su imagen de seriedad y modernidad en las redes sociales y asegura no beber alcohol.

“Ser responsable”

Nacido el 12 de mayo de 1980 en Southampton, en la costa sur de Inglaterra, es el mayor de tres hijos de un médico generalista y una farmacéutica.

Originarios de India, sus abuelos emigraron al África oriental británica en los años 1960.

Sunak, que asegura haber sido víctima de racismo en un restaurante de comida rápida cuando era adolescente, estudió en el Winchester College, un elegante internado privado para chicos, y cursó política, filosofía y economía en las prestigiosas universidades británica de Oxford y estadounidense de Stanford.

Fue en California donde conoció a su esposa Akshata Murty, con quien tiene dos hijas.

Este partidario del Brexit se declara aficionado al cricket, el fútbol y la saga cinematográfica “Star Wars”.

Durante mucho tiempo fue visto como el sucesor natural de Johnson. Sin embargo, su popularidad comenzó a caer cuando, tras el levantamiento de las restricciones por el coronavirus, cortó las ayudas y comenzó a subir impuestos y cargas sociales en un contexto de inflación disparada y crisis del coste de la vida.

Esta política fue impopular especialmente entre las filas conservadoras.

“Para mí, ser conservador significa ser responsable del dinero, tanto el de la gente como el de las finanzas públicas”, se justificó Sunak.

En la lista de grandes fortunas

Su imagen también se vio dañada por un escándalo sobre el ventajoso estatus fiscal de su multimillonaria esposa india, hija del confundador del gigante tecnológico Infosys.

Registrada como “no domiciliada” en el Reino Unido pese a vivir con Sunak en un apartamento oficial en Downing Street, evitaba pagar impuestos en el país por sus millonarios ingresos en el extranjero.

El estatus de “no domiciliado” es legal, pero la revelación fue mal recibida por unos británicos que veían desplomarse su poder adquisitivo y Murty tuvo que cambiar su situación fiscal.

Diputado más rico del país, Sunak, que antes de entrar en política ganó millones trabajando en firmas financieras como Goldman Sachs, se convirtió en mayo en el primer alto responsable político del país que entraba en la lista de las grandes fortunas publicada por el Sunday Times.

Él y su esposa tienen un patrimonio estimado en 730 millones de libras (910 millones de dólares).

En el marco del “partygate”, el escándalo sobre las fiestas organizadas en Downing Street durante los confinamientos, fue multado con 50 libras por la policía por haber participado, al igual que Johnson, en una improvisada celebración por el 56 cumpleaños del jefe de gobierno en la sala del consejo de ministros.

Todo esto hacía temer que su buena estrella se hubiese apagado cuando anunció su candidatura para suceder a Johnson. Pero a medida que los diputados conservadores votaban sucesivamente para designar a los dos finalistas, rápidamente se vio que Sunak seguía recabando apoyos.

Sin embargo, su popularidad entre las bases del partido está por ver.