"Desnazificar", "autopurificación" o "genocidio" son algunas de las acusaciones lanzadas mutuamente desde que Rusia invadiera Ucrania hace casi seis semanas, en una peligrosa recuperación de la retórica de la II Guerra Mundial para movilizar a la población y justificar el conflicto bélico.

Así lo advierte Raanan Rein, profesor de Historia española y latinoamericana en la Universidad de Tel Aviv, uno de los participantes en un reciente simposio internacional en Viena sobre la huida de muchos dirigentes nazis a América Latina tras la guerra.

Durante la conferencia, organizada por el Instituto Wiesenthal de Estudios sobre el Holocausto (VWI), Rein alertó del “uso y abuso del pasado” por parte tanto del presidente de Rusia, Vladímir Putin, como del ucraniano, Volodomir Zelenski, para conseguir “fines nacionales y políticos actuales”.

Así lo muestra el discurso de Putin del pasado 24 de febrero, en el que alegó que el ataque contra Ucrania busca “desmilitarizar y desnazificar” el país, así como proteger “a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio del régimen de Kiev durante ocho años”.

Manchar la imagen

“Putin sabe muy bien que la II Guerra Mundial, en la que millones de rusos perdieron su vida, todavía puede provocar un sentimiento muy fuerte, por lo tanto para movilizar apoyo en la población rusa usa el pretexto perfecto al asociar a Zelenski con el neonazismo”, explica Rein a Efe.

Para él, la mejor manera “de manchar la imagen de un gobierno o un líder es asociarlo de alguna manera con el nazismo”, especialmente en Europa del Este, el frente más sangriento de la II Guerra Mundial (1939-1945).

La Unión Soviética (URSS) registró el peor balance del combate contra los nazis, con más de ocho millones de bajas solo en los frentes.

Ahora el Kremlin aprovecha este trauma y el recuerdo de su victoria para unificar a la sociedad rusa y justificar la guerra contra Ucrania, como si se tratara de una continuación de la lucha contra los nazis.

Un discurso similar al que ha adoptado Zelenski, al comparar a Putin con Adolf Hitler.

“Putin no es Hitler”

“Putin no es Hitler, los rusos no están cometiendo genocidios”, declaró por su parte el historiador y director del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén (Israel), Efraim Zuroff.

Zuroff, que ha desempeñado un papel clave para llevar a juicio a los criminales de guerra nazis, mostró su rechazo a las acusaciones empleadas por Ucrania y Rusia que incluyen “terminología e imaginario del Holocausto”.

Esta terminología ha sido clave en los últimos discursos de Zelenski, quien, además de comparar a Rusia con la Alemania nazi, comparó a los líderes de Occidente con el ex primer ministro británico Neville Chamberlain, quien en 1938 cedió los Sudetes, región de Checoslovaquia, al régimen nazi.

“Chamberlain no entendió a tiempo el peligro que representaba Hitler”, señaló Rein, quien sostiene que “cuando se trata de Putin y la invasión a Ucrania, los dirigentes de la Unión Europea y Estados Unidos tienen que entenderlo bien y no repetir el mismo error”.

Y es que para el politólogo, la guerra entre Ucrania y Rusia es el claro ejemplo de “cómo minar una democracia solo por decir que está asociada o influenciada por los nazis”.

En este sentido, los expertos coinciden en abandonar “afirmaciones simplistas” y discursos propios del pasado ante el conflicto bélico entre ucranianos y rusos.

De esta manera, según Zuroff, el mundo podrá comprender que “la única forma de vivir en armonía es si este odio termina”.