El Regimiento Azov es la principal fuerza que enfrenta el sitio de los rusos a la ciudad puerto de Mariúpol. Se trata de una unidad formada por nacionalistas y ultraderechistas, con vínculos con extremistas en toda Europa.

Un breve vídeo que circula por Internet muestra una pantalla en lo que se supone es un vehículo militar ucraniano cruzando un pueblo en la zona de Mariúpol. En una calle lateral, hay vehículos blindados, en los que se ve una letra blanca “Z”, la que identifica a las tropas rusas en Ucrania. Se escuchan disparos y lo que aparentemente es un vehículo ruso abre fuego.

A principios de esta semana, el llamado Batallón Azov, también conocido como Regimiento Azov, publicó el video en su canal de Telegram. Anunció que había destruido en un día un total de tres vehículos militares blindados rusos y cuatro vehículos de combate de infantería, y había matado a “mucha infantería”. Los combatientes de Azov publicaron luego una foto de un hombre muerto en uniforme, supuestamente un general ruso al que mataron. Es difícil verificar estas afirmaciones.

La ciudad de Mariúpol está defendida principalmente por este famoso regimiento. En torno a Kiev, la capital, y Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, Rusia libra su guerra de forma especialmente brutal. La ciudad, de 500.000 habitantes, está sitiada desde principios de marzo y ha sido objeto de intensos bombardeos. No hay electricidad, y el agua y los suministros de alimentos escasean.

Nacionalistas ucranianos de habla rusa

El Batallón Azov tiene su sede en Mariúpol. El regimiento forma parte de la Guardia Nacional y, por tanto, está subordinado al Ministerio del Interior de Ucrania. Se considera que los combatientes están bien entrenados, pero la unidad también es muy controvertida porque está formada por nacionalistas y ultraderechistas. Y su existencia es utilizada por Rusia, entre otros, como pretexto para la guerra contra Ucrania.

El hoy Batallón Azov se formó en mayo de 2014, como unidad de voluntarios en la ciudad de Berdyansk, para apoyar al Ejército ucraniano en la lucha contra los separatistas prorrusos en el este del país. Algunos combatientes habían formado parte del llamado “Sector Derecho”, un pequeño pero activo grupo de extremistas de derecha ucranianos.

El núcleo de este grupo procedía del este de Ucrania, de habla rusa y originalmente defendía la unidad de los pueblos eslavos del este: rusos, bielorrusos y ucranianos. Algunos provenían de las barras bravas del fútbol, otros eran activos en los círculos nacionalistas. “Eran grupos que, en Alemania, se describirían como camaraderías libres”, dice a Deutsche Welle Andreas Umland, del Centro de Estudios de Europa del Este de Estocolmo, y los compara así con grupos organizados de neonazis alemanes.

Además, el Batallón Azov siempre ha sido controvertido por su escudo de armas. “El ángel lobo, que tiene una connotación derechista, es un símbolo pagano que también utilizaban las SS”, explica Umland. “Sin embargo, la población de Ucrania no lo considera un símbolo fascista”.

El Batallón Azov quiere que este símbolo de la época nazi se entienda como las letras N e I estilizadas, que se supone representan la “idea nacional”.

La guerra, la radicalización y de nuevo la guerra

El fundador y líder del Regimiento Azov fue Andriy Biletsky, un historiador de 42 años egresado de la Universidad Nacional de Járkov, en el este de Ucrania, que estuvo años activo en la escena de la extrema derecha. En el verano de 2014, la unidad participó en la reconquista de Mariúpol de manos de los separatistas prorrusos. Desde el otoño de 2014, opera como regimiento.

Según informes de prensa, el Batallón Azov contaba con unos 1.000 combatientes antes del estallido de la guerra y tenía su propia artillería y tanques. El Gobierno de Kiev decidió integrar a estos ultranacionalistas en las estructuras del Estado desde 2014.

En 2015 y 2016, surgió una especie de brazo político de Azov. Andriy Biletsky dimitió como comandante y, junto con antiguos combatientes, fundó el partido “Cuerpo Nacional”, que, sin embargo, no consiguió ningún éxito electoral. Biletsky entró en el parlamento a través de un mandato directo, pero ha estado ausente desde las elecciones de 2019. Ahora, afirma que ha estado luchando en el frente, cerca de Kiev, desde la invasión rusa.

Vínculos con extremistas en toda Europa

En 2019, hubo una iniciativa en el Congreso de Estados Unidos para clasificar al regimiento como “organización terrorista”, pero no prosperó. El hecho es que el Batallón Azov ha mantenido contactos con organizaciones de extrema derecha en el extranjero durante años, también en Alemania, según informaciones del propio Gobierno alemán.

Pese a todo, Umland afirma que la propaganda rusa también ha creado un mito en torno al Batallón Azov. Y recuerda que, en la guerra de 2014, hubo muchas acusaciones de saqueo y mala conducta contra los combatientes voluntarios, incluidos los del Azov.

“Normalmente vemos el extremismo de derechas como algo peligroso que puede llevar a la guerra”, dice el experto del Centro de Estudios de Europa del Este de Estocolmo. Pero en Ucrania, según él, habría sido al revés: la guerra habría llevado al surgimiento y transformación de grupos marginales en un movimiento político.

Sin embargo, su influencia en la sociedad está sobrevalorada, considera. Para la mayoría de los ucranianos, insiste Umland, los miembros de Batallón Azov son vistos como combatientes que defienden a su país contra un agresor que busca invadirlos.