Una participación similar a la de esta mañana se registró en la primera vuelta, que acabó con una abstención récord: solo votó el 40% del electorado.
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Bulgaria -a la que están llamados hoy a votar 6,6 millones de ciudadanos- está marcada por la normalidad y una baja participación.
Según datos de la Comisión Central Electoral, al mediodía había votado apenas el 8,68% del censo frente al casi 11% que lo había hecho a la misma hora en la segunda vuelta presidencial de 2016.
En esas elecciones se impuso el actual jefe de Estado, el exgeneral prorruso Rumen Radev, que es el claro favorito a revalidar un mandato de cinco años frente al rector de la Universidad de Sofía, Anastas Gerdzikov.
Una participación similar a la de esta mañana se registró en la primera vuelta de la semana pasada, que acabó con un abstención récord ya que solo acudió a votar el 40% del electorado.
Tanto la Comisión Central Electoral como el Ministerio del Interior indicaron que la jornada de votación transcurre con tranquilidad y normalidad democrática, sin incidentes de importancia.
Radev, un antiguo comandante de las Fuerzas Aéreas que es presidente desde 2016, es el claro favorito tras haber logrado en la primera vuelta -el pasado domingo- el 49,42% de los votos.
El jefe de Estado en funciones ha sido el principal rival político del ex primer ministro conservador Boiko Borisov, que ha dominado la política búlgara desde 2009.
Radev apoyó las protestas contra el Gobierno de Borisov en 2020 y lo calificó de “mafioso”, lo que le valió el apoyo de las formaciones surgidas de esas movilizaciones así como del opositor Partido Socialista.
“Nosotros somos los que tenemos razón, pero unas elecciones las ganan los que están organizados. No dejemos al pasado minar nuestro futuro”, declaró Radev al votar poco antes del mediodía.
Aunque se presenta como independiente, Gerdzhikov cuenta con el apoyo de la formación conservadora de Borisov y obtuvo en la primera vuelta el 22,83% de los votos.
“Es importante votar porque esta es la forma de restaurar la confianza en las instituciones y detener la división y la tensión en la sociedad”, declaró Gerdzhikov tras depositar su papeleta.
El cargo de presidente en Bulgaria tiene potestades representativas, entre ellas la de “representar a la república en las relaciones internacionales”, pero el jefe de Estado dispone de una considerable influencia en la vida política por su capacidad para vetar leyes, disolver el Parlamento y encargar la formación del Gobierno.