El presidente francés, Emmanuel Macron, conversó el jueves por teléfono con el primer ministro australiano, Scott Morrison, en su primer contacto desde la crisis diplomática por la anulación de un contrato para la compra de submarinos, anunció el gobierno de Francia.

Macron insistió en que la decisión de Canberra de cancelar el acuerdo de compra de submarinos franceses de motor convencional, en favor de navíos nucleares estadounidenses, "rompió la relación de confianza entre nuestros dos países", por lo que "ahora depende del gobierno australiano proponer acciones concretas que reflejen la voluntad de las autoridades de Australia por redefinir las bases de nuestra relación y buscar una acción conjunta en la región Indo-Pacífica".

El presidente francés, Emmanuel Macron, habló este jueves por teléfono con el primer ministro australiano, Scott Morrison, al que reclamó compensaciones para restablecer la relación bilateral después de haber roto en septiembre un importante contrato de compra de submarinos.

El Elíseo explicó en un comunicado que Macron, en su primera conversación con Morrison tras la crisis, le recordó el carácter “unilateral” de la decisión australiana para poner fin al contrato, valorado en unos 56.000 millones de euros, y establecer una alianza militar con Reino Unido y Estados Unidos, al que le comprará ahora otros submarinos, esta vez nucleares.

Para el presidente francés, eso “rompió la relación de confianza” entre los dos países y por eso ahora corresponde al Gobierno australiano “proponer acciones concretas” que demuestren su voluntad de “redefinir las bases” de esa relación y continuar con la acción común en la región indopacífica.

Además, hizo notar que se prestará una gran atención a la situación de las empresas francesas y australianas afectadas por el fin del contrato de los doce submarinos de propulsión convencional, que al anunciarse a mediados de septiembre abrió una crisis diplomática entre Francia, por un lado, y Australia y Estados Unidos, por el otro.

Francia llamó a consultas a sus embajadores en ambos países, una decisión inédita en las relaciones con esos aliados, y aunque el enviado a Washington retornó pocos días después, el de Canberra no volvió hasta el cabo de varias semanas.

La compañía francesa de titularidad estatal Naval Group que era la encargada de fabricar los submarinos ha anunciado que presentará a Australia la factura de lo que tendrá que abonar por los gastos que la empresa y sus socios industriales ya habían hecho o habían comprometido, de acuerdo con lo que estipulaba el contrato.

Por otro lado, Macron aprovechó la entrevista telefónica con Morrison para incitarle a que adopte “medidas ambiciosas a la altura del reto climático” en vísperas de la cumbre del G20 que se celebra en Roma este fin de semana y de la COP26 que tendrá lugar en Glasgow (Reino Unido) del 31 de octubre al 12 de noviembre.

En concreto, le pidió que aumente la contribución del país para mitigar los efectos del calentamiento global, que se comprometa a dejar de extraer y utilizar carbón en Australia y a exportarlo, y que refuerce su apoyo a la alianza solar internacional.

El primer ministro australiano, cuyo país es uno de los principales productores y exportadores mundiales de carbón, presentó el pasado martes un plan para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050.

Pero ese plan no contempla un mayor esfuerzo de reducción de esas emisiones para 2030 del previsto hasta ahora, y contempla mantener las minas abiertas en ese horizonte.