El Gobierno de Bélgica ha llegado a un acuerdo sobre una ley que permitirá adoptar fácilmente restricciones en caso de pandemia, como las vigentes en el país en la actualidad contra la propagación del coronavirus.

El proyecto de “ley pandemia” recibió este viernes luz verde en una reunión del llamado “kern”, un consejo de ministros restringido, informó la agencia Belga.

La normativa establecerá un marco jurídico completo para las medidas que el Gobierno puede adoptar en situación de pandemia, asegurando que las decisiones tienen la base legal necesaria.

Los liberales francófonos del MR, que forman parte de la coalición gubernamental, habían mostrado ciertas reticencias a la nueva ley, por temor a que estableciera restricciones a las libertades con carácter permanente.

El proyecto de ley incluye una disposición, a petición de ese partido, para asegurar que la norma será evaluada por una comisión del Congreso a fin de comprobar si cumple los objetivos perseguidos en el respeto de los derechos fundamentales o si debe ser modificada, informa Belga.

Desde el inicio de la pandemia Bélgica recurre a órdenes ministeriales para adoptar restricciones, pero la duración de la crisis y las limitaciones a las libertades fundamentales están generando cada vez más voces en contra de esta manera de actuar y en favor de un marco claro que permita un debate parlamentario sobre las medidas.

La futura ley será una base legal adicional pero no reemplazará la ley 2007 sobre la seguridad civil que sirve de base a las medidas adoptadas hasta la fecha.

Hace unas semanas los abogados que pertenecen a las tres asociaciones de letrados del país (francófonos, flamencos, germanófonos y del Tribunal de Casación) publicaron una carta en el diario “Le Soir” alertando de la acumulación de órdenes ministeriales en relación con la gestión de la pandemia.

La carta recordaba los principios de las libertades fundamentales de un Estado democrático y acusaba al Gobierno federal de tomarse demasiadas libertades con el Estado de derecho e imponer medidas restrictivas de las libertades públicas sin debate parlamentario.

“En un Estado de derecho democrático esas restricciones temporales deben ser decididas por el Parlamento” y no solo por el ministerio del Interior, señalaba la carta.

En Bélgica se aplica toque de queda nocturno, teletrabajo obligatorio y los contactos sociales están restringidos a un único invitado por mes al hogar, mientras los bares restaurantes y la mayor parte del sector del ocio y del deporte no profesional está paralizado.

Los colegios, salvo excepciones, han permanecido abiertos. Y lentamente, en el marco de la meseta estable de la curva de contagios desde hace semanas, las autoridades están empezando a levantar algunas restricciones como las peluquerías, que abrieron sus puertas el pasado 13 de marzo tras más de 100 días cerradas