El gobierno de Rusia pidió este viernes la liberación de los 33 rusos detenidos en Bielorrusia, acusados de querer organizar “disturbios” pocos días antes de las elecciones presidenciales bielorrusas que se presentan difíciles para el saliente Alexandre Lukashenko.

Los detenidos forman parte, según Minsk, de la empresa privada paramilitar Wagner, un grupo ruso acusado de ser cercano al Kremlin y que despliega sus mercenarios en países extranjeros en conflicto.

“Esperamos que nuestros aliados bielorrusos nos expliquen este incidente lo más pronto posible y que nuestros ciudadanos sean liberados”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien confirmó que trabajaban para una empresa de seguridad privada rusa.

Peskov consideró “sin fundamento” el arresto de los detenidos, algunos de los cuales participaron en la guerra en Ucrania.

Un grupo de 200 personas

Los dos países, históricamente aliados, mantienen relaciones tensas desde finales de 2019, cuando el autoritario presidente Alexánder Lukashenko comenzó a acusar a Rusia de querer convertir Bielorrusia en un vasallo y de injerencia en las presidenciales del 9 de agosto, unas acusaciones que Moscú rechaza.

El miércoles fueron arrestados cerca de Minsk 32 “combatientes” rusos presentados como miembros de Wagner, y una persona más.

Según las autoridades bielorrusas, estos hombres querían organizar “disturbios masivos” y actuaban junto a los dos opositores encarcelados, Serguéi Tijanovski y Mikola Statkevitch.

“Actúan juntos”, dijo a la Agence France-Presse un portavoz del Comité de Investigación bielorruso.

Statkevitch y Tijanovski, que intentaron presentar sus candidaturas para las elecciones presidenciales, están en prisión desde finales de mayo.

Según Andréi Ravkov, secretario de Estado del Consejo de Seguridad bielorruso, los 33 hombres detenidos el miércoles forman parte de un grupo de 200 personas. “Estamos buscando a los demás, es como buscar una aguja en un pajar”, afirmó.