Con una abstención récord estimada entre el 53,5% y 56%, fueron pocos los franceses en acudir a las oficinas de voto este domingo 15 de marzo, para la primera vuelta de elecciones municipales organizadas en un país paralizado por la pandemia del coronavirus.

La primera vuelta de las elecciones municipales, afectada por la pandemia del coronavirus, terminó este domingo con una tasa de abstención récord de entre el 53,5% y 56%, según estimaciones de la encuestadora IFOP.

Ambiente surrealista


Entre los 47,7 millones de votantes llamados a elegir a su alcalde, menos de la mitad pusieron una papeleta en las urnas,
en un ambiente general surrealista después de que el gobierno decretara el sábado por la noche el cierre de todos los “lugares de recepción de público no esenciales para la vida del país”.

Estas cifras de abstención son casi 20 puntos más altas que el récord anterior de 2014 (36,45% de abstención). La celebración de la segunda vuelta el próximo domingo está siendo muy cuestionada, en un país donde la epidemia (127 muertos el domingo por la noche) está sólo empezando, según los especialistas.

El presidente Emmanuel Macron dijo el domingo que era “importante votar en momentos como éste”, después de que él y su esposa Brigitte lo hicieron en Le Touquet. El Ministerio del Interior indicó que todos los colegios electorales del territorio habían podido abrir, respetando escrupulosamente las instrucciones de distanciar a la gente y priorizar a los ancianos y la gente frágil.

En este contexto sin precedentes, la atención prestada a los primeros resultados se diluye. Sin embargo, el voto es crucial para el partido de derecha Los Republicanos, que fue en gran parte victorioso en 2014, como para el Partido Socialista, derrotado en las últimas elecciones nacionales. En París, la alcaldesa socialista saliente, Anne Hidalgo, llegó primera pero tendrá que disputar una segunda vuelta.

¿Tendrá lugar la segunda vuelta?

Después de la votación del domingo, los candidatos autorizados a mantenerse tendrán hasta el martes a las 18 para encontrar aliados o fusionar sus listas para la segunda vuelta.

Pero no se sabe si tendrá lugar. Varios políticos quieren que se aplace. El líder de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, pidió que la decisión del gobierno sobre su anulación o no se “tome lo antes posible”.

Marine Le Pen, del ultraderechista Agrupación Nacional (RN), consideró por su parte que “es evidente que la segunda vuelta no tendrá lugar dado el previsible empeoramiento de la epidemia”, y exigió que las victorias de la primera vuelta se consideren “adquiridas” y que las otras se “pospongan”.

El primer ministro Édouard Philippe anunció este domingo que reunirá “de nuevo a principios de semana” a expertos científicos y “representantes de las fuerzas políticas” para tomar una decisión.
Si bien la primera ronda “transcurrió perfectamente (…), la elevada tasa de abstención que registramos refleja, sin embargo, la creciente preocupación de nuestros conciudadanos por la epidemia que nos afecta”, añadió.

Según dijo el constitucionalista Didier Maus a la AFP, un aplazamiento de la segunda vuelta conduciría a la anulación del resultado de la primera.