La movilización contra la reforma de las pensiones en Francia entró el jueves en su tercera semana y las negociaciones entre el Gobierno y los sindicatos parecían estar estancadas, lejos todavía de la perspectiva de una “tregua” por navidad.

Este jueves se cumplen 15 días de huelga en los transportes, y aunque se notaba una ligera mejora, desplazarse seguía siendo un reto para los franceses, sobre todo en la capital.

Dos de las ocho líneas del metro parisino que hasta ahora estaban cerradas volvieron a funcionar, pero seis seguían sin funcionar. Los trenes suburbanos circulaban, pero únicamente en las horas de mayor afluencia.

Y apenas dos de cinco trenes de alta velocidad, que conectan París con grandes ciudades como Burdeos, Marsella o Lyon, estaban en funcionamiento.

A menos de 48 horas del inicio de las vacaciones escolares de navidad, muchos franceses esperaban impacientes saber si tendrán trenes para poder irse de vacaciones o pasar las fiestas de fin de año en familia.

La compañía ferroviaria nacional SNCF anunciará este jueves a los usuarios que ya compraron billetes para trenes previstos entre el 23 y el 26 de diciembre si éstos se mantienen o no.

El detonante de este estallido social es una polémica reforma del sistema de pensiones, que prevé fusionar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único y atrasar dos años la edad de jubilación (de 62 a 64 años) para recibir una pensión completa.

Para el ejecutivo se trata de una reforma “necesaria” para garantizar un equilibrio financiero del sistema de pensiones, pero los sindicatos, muy poderosos en Francia, denuncian una “regresión” social.

Diálogo de sordos

Tras una primera ronda de negociaciones entre el Gobierno y los sindicatos el miércoles, sin grandes resultados, el primer ministro, Edouard Philippe, volverá a recibirlos el jueves por la tarde.

Todos esperan una solución a la crisis antes de las vacaciones, para no aguar la navidad de los franceses, pero las negociaciones parecen estar estancadas.

“Entre Philippe y los sindicatos, el diálogo de sordos continúa“, titulaba el diario Le Figaro.

“Entendimos que su determinación está intacta, pero la nuestra también”, declaró el miércoles por la noche el secretario general de Fuerza Obrera, Yves Veyrier, al salir del encuentro con Philippe.

Seguimos “muy, muy lejos de un acuerdo”, dijo por su parte el número uno de la CFDT, Laurent Berger, que apoya la idea de un régimen de pensiones universal pero que rechaza totalmente retrasar la edad de jubilación para gozar de una pensión completa.

El presidente Emmanuel Macron, que ha dejado a su primer ministro a cargo de las negociaciones, dio a entender el miércoles que podría hacer alguna concesión en su proyecto de reforma, pero que no retirará su texto.

“El presidente no abandonará el proyecto, pero está dispuesto a mejorarlo durante las conversaciones previstas con los sindicatos”, afirmaron fuentes cercanas al jefe de Estado.

Está previsto que el proyecto de reforma sea transmitido al Consejo de Estado antes de navidad y presentado en Consejo de ministros el 22 de enero.

Pausa de navidad

Macron, que hasta ahora no se ha pronunciado directamente sobre esta crisis, una de las peores de su mandato, quiere “obtener una pausa” en la movilización social “durante las fiestas” de Fin de Año, según fuentes del gobierno.

Para la Cámara de comercio y de la industria es más que necesario ya que la huelga está teniendo un fuerte “impacto negativo” en “todos los sectores de la economía”, afirmó.

Hoteles, restaurantes y comercios dicen haber registrado pérdidas en las últimas dos semanas de entre el 30% y el 60%.

La situación es aún peor para los comercios cerca o dentro de las estaciones de trenes, con hasta 80% de pérdidas en sus ingresos.

No obstante, los huelguistas parecen determinados. En sus asambleas generales no hablan de una tregua, sino de una “lucha de navidad”.

A medida que pasa el tiempo, “la ira puede convertirse en más ira”, advirtió el combativo líder del sindicato CGT, Philippe Martinez, que lidera el pulso por la reforma.