En Francia, la cuestión de la igualdad de género se ha convertido en los últimos años en una preocupación importante, el reproche más común siendo que las mujeres no gozan de los mismos derechos que los hombres en términos de trabajo o salario.

En este contexto, una reciente decisión de la Prefectura del departamento del Ain, en el centro-este de Francia, puede parecer absurda. Se trata de una disposición a favor de la paridad pero que en este caso se opone a una presencia demasiado importante de las mujeres en la vida política local. La Comunidad de Aglomeración del Bassin de Bourg-en-Bresse (similar a una alcaldía), creada en 2017 y que incluye 74 municipios, es pues multada porque hay más mujeres que hombres a su cabeza.

“Encuentro divertido ser castigado por esto. Y no sólo lo asumo, sino que reivindico tener a tantas mujeres en los equipos directivos”, explica el presidente de la entidad territorial y alcalde de Bourg-en-Bresse, el socialista Jean-François Debat. En su carta, la Prefectura le informó que en los últimos cinco nombramientos para los cargos directivos, cuatro mujeres fueron elegidas frente a un solo hombre.

La ley no sólo concierne a las mujeres

Desde 2013, la ley Sauvadet exige una mayor paridad en los nombramientos a puestos directivos de la administración pública. Y desde 2017, debe respetarse la relación 60/40 entre hombres y mujeres. Una proporción válida en ambos sentidos: no más del 60% de hombres ni de mujeres deberían estar empleados en puestos directivos.

“Voy a apelar a Marlène Schiappa [la secretaria de Estado a la Igualdad Mujeres-Hombres] para saber si valida el pago de esta sanción administrativa o si para ella prevalece otro análisis: mientras no llegamos a la paridad, ¿podemos aceptar que algunas colectividades empleen coyunturalmente a demasiadas mujeres?”, comenta Jean-François Debat en la radio Europe 1, añadiendo que cuando contrata a alguien, lo hace en función de sus competencias y no de su sexo.

La paridad aún está lejos

“El objetivo de la ley, aunque está escrita en términos de paridad, es favorecer el acceso de un mayor número de mujeres a los puestos con altas responsabilidades. En Francia, en las colectividades, hay globalmente un 70% de hombres y un 30% de mujeres. Es el fruto de una situación histórica”, indica asimismo Debat.

En efecto, según la última evaluación de este “mecanismo de nombramientos equilibrados” a nivel nacional, la paridad seguía remota en 2017, con un 30% de mujeres en los equipos directivos de la administración pública territorial.

La ciudad de Lille, en el norte de Francia, también fue condenada a la misma multa en 2017 por tener a demasiadas mujeres a su cabeza. En cuanto a las otras 16 comunidades multadas, lo fueron por nombrar a demasiados hombres.