La Corte de Casación francesa abrió la vía el viernes a que se detenga el tratamiento que mantiene con vida a Vincent Lambert, paciente en estado vegetativo convertido en símbolo del debate sobre la “muerte digna” en Francia.
Vincent Lambert, de 42 años, está en estado vegetativo irreversible desde un accidente de tráfico que sufrió en 2008, y desde entonces su familia está dividida sobre si debían mantenerlo o no con vida.
“Esto pone un punto definitivo al asunto”, dijo Patrice Spinosi, abogado de la esposa de Lambert, Rachel, quien estimaba que lo más humano era dejar morir a su esposo.
“No hay otro recurso posible porque no hay más jueces a los que apelar”, añadió el abogado.
El fallo revoca una decisión de un tribunal parisino que el mes pasado ordenó que se volvieran a colocar las sondas de alimentación e hidratación de Lambert, apenas unas horas después de que los médicos comenzaran a desconectar el soporte vital.
El Tribunal de Casación no consideró los argumentos a favor o en contra de mantener vivo a Lambert, sino sólo la cuestión de si el tribunal de primera instancia era competente para pronunciarse sobre el caso.
En la decisión del viernes estimó que el tribunal de apelación no era competente y su fallo es definitivo.
El caso ha llevado a la familia Lambert a los principales tribunales de Francia y Europa. Los padres de Lambert, que son católicos devotos, luchaban por mantener su tratamiento.
Pero su esposa, junto con los médicos, seis de sus hermanos y un sobrino esperaban que la decisión del viernes ponga fin a esta batalla legal de una vez por todas.
Los abogados de los padres amenazan ahora con acusar cargos de “asesinato” a los doctores si detienen su soporte vital.
Este drama familiar se ha convertido en un símbolo del debate sobre la eutanasia y la muerte digna en Francia.