La primera ministra británica, Theresa May, no propuso “nada nuevo” a sus pares europeos este miércoles para desbloquear la negociación del Brexit, encallada en el problema irlandés, mientras los preparativos para un divorcio sin acuerdo se aceleran.

Los europeos esperaban nuevas propuestas de la ‘premier’ sobre cómo evitar la reintroducción de una frontera clásica en la isla de Irlanda. Y, aunque esto no ocurrió, el ambiente de la reunión fue más positivo que durante la pasada cumbre de Salzburgo (Austria), según varias fuentes.

“No hubo nada sustancialmente nuevo en el contenido, pero percibo una voluntad política de avanzar”, dijo el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, tras escuchar el discurso de unos 15 minutos de May ante los otros 27 mandatarios europeos en un primer día de cumbre en Bruselas.

Otra fuente europea, que pidió el anonimato, confirmó el análisis de Tajani sobre el discurso de la inquilina del número 10 de Downing Street, precisando que realizó “una valoración relativamente positiva” sobre el estado de las negociaciones de divorcio.

El capítulo sobre la factura que tiene que pagar Londres por su partida y la cuestión sobre los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido tras el Brexit, y viceversa, están casi finalizados, pero ambas partes no logran acordar una solución para la cuestión irlandesa.

Y el tiempo apremia. Reino Unido se marcha el 29 de marzo, pero el objetivo es lograr un acuerdo como muy tarde en noviembre para dar tiempo a su ratificación por la Eurocámara y por el Parlamento británico, donde May, bajo presión del ala euroescéptica de su partido, goza de una frágil mayoría.

‘Tiempo, mucho más tiempo’

“Trabajando de manera intensa y estrecha, podemos alcanzar este acuerdo (…) Llegó el momento de hacerlo”, aseguró May al llegar a su primera cumbre desde la de Salzburgo, donde, según la prensa británica, fue “humillada” por el rechazo de la UE a sus planes.

Tras su intervención, May abandonó la sala para dejar a sus pares debatir sobre la situación con el negociador europeo, Michel Barnier, quien poco antes dijo a la prensa que se necesita “tiempo, mucho más tiempo” para alcanzar un acuerdo “adecuado para todos y para todos los problemas”.

Ambas partes quieren alejar la idea de un Brexit sin acuerdo, que podría tener un impacto negativo en sus economías según el Fondo Monetario Internacional. Tanto Londres como Bruselas se preparan, no obstante, para este escenario.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, será el encargado de “realizar una presentación [a los mandatarios europeos] sobre los preparativos” del ejecutivo comunitario sobre todos los escenarios, entre ellos el de un divorcio sin acuerdo, según la fuente europea.

Los británicos pondrán fin en marzo a más de cuatro décadas de pertenencia al proyecto europeo. Para entonces, ambas partes deben finalizar el acuerdo de divorcio, otro relativo al período de transición y una declaración política sobre la futura relación, jurídicamente no vinculante.

La cuestión de cómo evitar la reintroducción de una frontera clásica entre la provincia británica de Irlanda del Norte y su vecina Irlanda, preservando a su vez el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998, sigue siendo el principal escollo en la negociación del divorcio.

Ambas partes acordaron en diciembre que, a falta de una mejor solución, Irlanda del Norte continuaría en la unión aduanera y en el mercado único europeo para mantener la fluidez en la frontera entre ambos territorios, un ‘backstop’ que Londres rechaza ahora.

Para el gobierno británico, este escenario comprometería su integridad territorial, al crear una barrera administrativa entre su provincia norirlandesa y el resto del país. La solución final podría estar en la futura relación comercial.

Mientras tanto, las propuestas de Londres, como la de crear un “arreglo aduanero temporal”, no logran convencer a la UE, que ve en ellas un intento de obtener un “acceso a la carta” a su espacio económico, algo que podría romper su mercado único.

¿Hacia más transición?

La solución al actual bloqueo podría pasar por prolongar de un año el período de transición acordado con Reino Unido a contar desde el divorcio en marzo, hasta el 31 de diciembre de 2021, una idea que planea como una opción para lograr una solución definitiva para Irlanda.

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, defendió una extensión para dar tiempo además a negociar y ratificar un nuevo acuerdo con Reino Unido.

Fuentes diplomáticas europeas precisaron que prolongar el período de transición no está formalmente “sobre la mesa” de los negociadores y podría “suponer un problema político” para Londres, ya que debería respetar durante más tiempo algunas reglas europeas sin tener derecho de decisión.

Pero May se habría mostrado ante sus pares abierta a considerar la extensión del período de transición, según la fuente europea, para quien sus 27 socios deben debatir sobre los próximos pasos, entre ellos una eventual cumbre extraordinaria sobre Brexit en noviemb