Portugal vivió este sábado una de las peores tragedias de su historia, luego de que un incendio forestal causara la muerte de al menos 61 personas, de acuerdo al último balance entregado por las autoridades.

El siniestro se registró en el sector de Pedrógão Grande, una villa en el distrito de Leiria, cuyas colinas hasta hace 24 horas estaban cubiertas por eucaliptos y pinos.

El pueblo quedó casi totalmente devastado por el gigantesco incendio y por el fallecimiento de muchos de sus habitantes, la mayoría calcinados al interior de automóviles, según consigna diario El País de España.

“Las llamas corrían como el diablo, más que nosotros”, expresó el jefe de bomberos de Pedrógão, João Dias, tras revisar los daños causados por la catástrofe.

A su vez, en los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, muchas familias enteras “quedaron atrapadas en el fuego”, mientras aún se trabaja en el reconocimiento de víctimas.

“Hemos pasado la noche cercados por las llamas, completamente aterrorizados. Esto va a quedar marcado como uno de los peores días que ha vivido el país”, dijo un vecino de Figueiró.

“Estamos ante la mayor tragedia de víctimas humanas de los últimos tiempos por un siniestro de este tipo”, lamentó el primer ministro de Portugal, Antonio Costa.

De cada lado de la carretera nacional IC8, que lleva a Pedrógão, a lo largo de al menos 20 kilómetros, una espesa capa de humo blanco quedaba suspendida sobre los árboles carbonizados y el suelo ennegrecido.

Frente a unas casas abandonadas, se veía un automóvil calcinado. Más lejos, el cadáver de un hombre cubierto con una sábana blanca yacía a pocos metros de la carretera principal, rodeado de policías equipados con máscaras.

Decenas de personas de Pedrógao que huyeron de sus casas fueron acogidas por los habitantes de una localidad cercana, Ansiao.

“Hay gente que llegó diciendo que no quería morir en su casa, envueltas por las llamas”, explicó a la prensa uno de ellos, Ricardo Tristao.

Cerca de un pequeño estanque en la aldea de Bouça, perteneciente al municipio de Penela, una decena de bomberos se había desplegado con sus dos camiones para evitar que las llamas se propagasen.

“Hemos tenido un momento muy tenso en el pueblo de Moninhos Cimeiros, varias viviendas tuvieron que ser evacuadas y si no hubiésemos estado ahí todo habría partido en humo”, explicó uno de ellos, Mario Maia.

“Desgraciadamente, esta es sin duda la peor tragedia que hemos conocido en estos últimos años en términos de los incendios forestales”, concluyó el primer ministro portugués.

De momento aún no hay un saldo definitivo de las víctimas fatales y daños materiales causados por este incendio, cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo.