Otto Warmbier, de 22 años, murió en 2017 luego de 18 meses en cautiverio en Corea del Norte, donde sufrió graves lesiones cerebrales. El presidente estadounidense de aquel entonces, Donald Trump, criticó a la potencia norcoreana por la forma en que trató a Warmbier, quien murió pocos días después de su regreso a Estados Unidos. Los padres de Otto señalaron que su hijo fue torturado y calificaron como “terrorista” al régimen de Kim Jong-un. Hasta el día de hoy se desconoce a ciencia cierta lo que realmente ocurrió.

El estudiante estadounidense Otto Warmbier se convirtió en víctima de las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte, ya que se trata de un joven que murió de un daño cerebral severo en 2017, poco después de su repatriación del este asiático.

Meses antes, las imágenes del juicio en Corea del Norte causaron conmoción e impacto en todo el mundo.

El régimen en Corea del Norte lo sentenció a 15 años en un campo de trabajos forzados porque intentó robar un cartel de propaganda de un hotel en Pyongyang.

El presidente de Estados Unidos en esos años, Donald Trump, habló de una “tortura sin precedentes” y compareció con los padres de Otto Warmbier frente a la prensa.

Lamentablemente, esto fue una simple estrategia política.

Quería responsabilizar tanto al líder norcoreano Kim Jong Un como al Gobierno de su antecesor, Barack Obama, por la muerte de Warmbier.

Según lo recordó la Deutsche Welle el momento álgido de la crisis de los misiles. Más adelante Trump cambió de parecer sobre el dictador y pasó a calificarlo como un “amigo”, abandonando a los padres de Warmbier a su suerte.

¿Cuál es la verdad en la causa Warmbier?

No está claro cómo el joven cayó en coma, aunque su familia presume que estuvo en ese estado durante un año.

Corea del Norte dijo que Warmbier contrajo botulismo y le dieron una “píldora para dormir” que lo dejó en ese estado, pero los médicos estadounidenses contradicen esa afirmación.

Lo que está claro es que el joven sufrió graves daños cerebrales y fue evacuado de Corea del Norte a un hospital en su ciudad natal, Cincinnati, Ohio.

Además, la agencia de viajes que organizó la visita de Warmbier y sus amigos a Pyongyang dejó de prestar sus servicios para estadounidenses que quisieran ir a Corea del Norte.

En entrevistas posteriores, la familia de Warmbier culpó a lo que ellos llamaron el “maltrato y tortura que recibió su hijo” en manos de los norcoreanos.

Todo esto, ¿por qué? por intentar robar un póster como los miles que plagan las ciudades del país, alabando a Kim Jong-il y el régimen de Kim Jong-un.

¿Quién fue Otto Warmbier?

Según lo detalló la BBC, se trataba de un estudiante de economía de la Universidad de Virginia que viajó a Corea del Norte como turista cuando fue arrestado el 2 de enero de 2016.

Un mes más tarde, apareció visiblemente consternado en una conferencia de prensa, donde “confesó” el intento de robo del cartel.

“Mi objetivo era dañar la motivación y la ética de trabajo del pueblo coreano”, explicó el estudiante en la confesión divulgada por la agencia estatal KCNA.

“Fue el peor error que he cometido en mi vida”, dijo mientras lloraba en un testimonio que, según varias fuentes, fue forzado a contar.

Otros exdetenidos extranjeros en Corea del Norte se han retractado de las confesiones, diciendo que fueron hechas bajo presión.

Corea del Norte dijo que había liberado a Warmbier “por razones humanitarias”.

Imagen de archivo de Otto Warmbier
Archivo | Otto Warmbier en medio de su juicio en Corea del Norte

Juicio en un tribunal desautorizado y un triste regreso a casa

La agencia de noticias estatal Korean Central News anunció que habían detenido al estudiante «por un acto hostil contra el Estado».

El propio Otto no apareció en público hasta el 29 de febrero de 2016, cuando, leyendo el texto de un comunicado ya escrito, “confesó su crimen”.

Cabe destacar que en Corea del Norte, dañar o robar objetos con el nombre o imagen de un líder norcoreano se considera un delito grave. Todo esto, debido al régimen que se vive desde hace décadas.

Una de las grandes incógnitas del caso, que jamás se resolvió, es si la confesión fue o no forzada. Warmbier ‘admitió’ perpetrar el robo junto a una iglesia metodista de Ohio, y una sociedad estudiantil secreta de la Universidad de Virginia.

Cuando llegó a Estados Unidos estaba sumido en un coma profundo y era irreconocible. “Estaba completamente deformado”, compartieron sus padres con la revista GQ.

“Parecía que alguien había reordenado todos sus dientes con un par de alicates”, agregaron sus padres. Estaba rapado, sus brazos y piernas, hinchados.