Este miércoles, el presidente Donald Trump cuestionó la transparencia del escrutinio de votos en curso en varios estados clave para las elecciones presidenciales del martes, hablando de fraude sin ofrecer ninguna evidencia.

“Anoche venía liderando, en muchos casos de forma sólida, en muchos estados clave, casi todo gobernados y controlados por los demócratas”, tuiteó el presidente.

“Luego, uno por uno, empezaron a desaparecer mágicamente mientras se contaban montañas de papeletas sorpresa. Muy extraño”, añadió.

El republicano destacó también que los encuestadores se equivocaron para esta elección de una manera “histórica”

Las “papeletas sorpresa” a las que se refiere Trump son los votos recibidos por correo, que en algunos estados pueden tardar varios días en contarse.

Durante la madrugada, el recuento de esas papeletas redujo la ventaja de Trump en Michigan y Wisconsin, dos de los estados clave de los que depende el resultado electoral, y el escrutinio amenaza con reducir su ventaja en Pensilvania en los próximos días.

Poco después, su oponente demócrata Joe Biden prometió no descansar “hasta que cada voto sea contado”, también a través de Twitter.

Confianza en ambos lados

Los equipos de campaña de ambos lanzaron mensajes que apuntaban al triunfo de sus candidatos en conferencias telefónicas con la prensa.

“Si contamos todas las papeletas legales, creemos que el presidente ganará”, dijo Bill Stepien, director de campaña de Trump.

Pero señaló que los márgenes parecían lo suficientemente estrechos en Wisconsin, uno de los estados más disputados, para justificar un recuento de votos, una eventualidad que pospondría cualquier resultado certificado por días o semanas.

Por su parte, Jen O’Malley Dillon, directora de campaña de Biden, dijo que el demócrata está a la cabeza en suficientes estados como para lograr los 270 votantes necesarios para convertirse en el presidente 46 de Estados Unidos.

“Es una conclusión segura”, señaló.