Alemania registró un primer caso de peste porcina africana (PPA), una señal preocupante en un país donde la cría y el comercio de cerdos están muy desarrollados, anunció esta semana la ministra de Agricultura Julia Klöckner.

El virus fue detectado en los restos de un jabalí hallado cerca de la frontera con Polonia, en la región de Brandeburgo, que rodea Berlín.

Este virus, como el consumo de carne infectada, no son “peligrosos para el ser humano”, recordó la ministra. “Para el consumidor, incluso la carne contaminada puede consumirse sin problemas”, aseguró.

Sin embargo, este primer caso confirmado es una mala noticia para los ganaderos alemanes. Podría poner en peligro las exportaciones de cerdo al extranjero, en particular a Asia.

El virus, que provoca hemorragias mortales en la mayoría de los casos en animales contaminados, se ha detectado desde hace varios meses en jabalíes en Polonia.

Alemania incluso había levantado una valla electrificada de más de 100 kilómetros en la frontera para impedir la entrada de animales infectados en su territorio.

Además, en los últimos meses se han tomado medidas drásticas en Alemania, como la utilización de perros rastreadores, formados para encontrar jabalíes muertos, o incluso drones.

El descubrimiento de estos restos infectados derivaría en la prohibición temporal de exportar cerdos. De hecho, según Deutsche Welle, ya suspendió las importaciones China, el mayor comprador mundial de carne de cerdo procedente de Alemania.