Una guatemalteca de 7 años detenida por la policía de fronteras del estado de Nuevo México falleció bajo custodia de las autoridades estadounidenses, afirmó el jueves el diario The Washington Post.

La niña, que había cruzado ilegalmente la frontera con su padre y docenas de otras personas, murió de “deshidratación y shock”, dijo el diario citando al servicio de vigilancia de fronteras de Estados Unidos (CBP).

La pequeña, que según el CBP supuestamente llevaba varios días sin comer ni beber, empezó a sufrir convulsiones unas ocho horas después de haber sido detenida y fue enviada por aire a un hospital en donde murió, dijo el diario.

Los servicios de emergencia constataron que la temperatura de la niña alcanzaba 41º C, añadió el periódico.

La identidad de la niña así como la del padre no fue revelada.

El padre se encuentra en El Paso, Texas, esperando reunirse con representantes del consulado de Guatemala, según el periódico que cita al CBP que investiga el caso.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho de su tolerancia cero a la inmigración uno de los ejes de su agenda, lo que le valen acerbas críticas y acusaciones de que demoniza a los migrantes con el afán de obtener réditos políticos.

Una caravana de miles de migrantes centroamericanos concentró la atención. Los migrantes llegaron hasta Tijuana, en México, justo al sur de San Diego, California, en un desafío a Trump que denuncia una “invasión”.

Pero los migrantes, que huyen de la pobreza y la violencia de las maras, arriesgan su vida en peligrosos cruces por Nuevo México, Texas y Arizona, para llegar a Estados Unidos.

El CBP expresó su pésame por la muerte de la niña, según el periódico.

“Los guardias de frontera hicieron todo lo posible para salvar a la niña”, declaró al periódico el portavoz del CBP, Andrew Meehan.

“Como padres y madres, hermanos y hermanas, nos identificamos con el fallecimiento de cualquier niño”, dijo.

Para contener a los migrantes, el presidente Trump quiere construir un muro en la frontera con México, ordenó el despliegue de miles de tropas y separó a más de 2.000 niños migrantes de sus padres en el marco de la política de “tolerancia cero” con la inmigración ilegal.